Condenado uno de los implicados en el homicidio de un defensor de derechos humanos en Ocaña
A Jorge Luis Solano Vega lo asesinaron en su propia casa por las denuncias que hacia por malos manejos de recursos públicos.
Noticias RCN
07:41 p. m.
Un juez penal de conocimiento de Cúcuta condenó a Carlos Daniel Pinzón Ramírez, más conocido como ‘Mingui’, a 39 años de prisión por el asesinato de Jorge Luis Solano Vega.
Líder social, que había salido desplazado de su territorio por amenazas, fue asesinado en Antioquia
El homicidio ocurrió el 3 de noviembre de 2020 en Ocaña, Norte de Santander. Para aquel tiempo, Solano era un famoso defensor de derechos humanos en su región y ejercía como presidente de la Organización de Víctimas de Desaparición Forzada, así como delegado de la Mesa de Víctimas de Ocaña.
¿Cómo ocurrió este atroz crimen?
La víctima estaba aquel día en su casa ubicada en el barrio Miraflores, cuando sujetos armados lo asesinaron a sangre fría. Solano se dio a conocer por denunciar irregularidades cometidas por funcionarios locales.
‘Mingui’ no actuó solo. Las pesquisas apuntan que sus cómplices fueron Luis López Delgado, conocido como ‘Luis’; y Jhon Freddy Espinosa Álvarez, alias el Burro. Por este homicidio se pagaron 40 millones de pesos.
Aparte de ‘Mingui’, a López lo condenaron en marzo de 2024 a 18 años y dos meses de prisión
¿Quiénes son los otros implicados?
Pinzón se encargó de la logística, por lo que contactó a los sicarios que lo ejecutaron. Asimismo, les consiguió un revólver calibre 32 e identificó en dónde vivía el líder local.
Con respecto a los otros implicados, se supo que ‘Luis’ estuvo vigilando por varios días a Solano antes del asesinato, por lo que supo que no tenía esquema de seguridad. También se le señaló por ser quien transportó el arma el día que ocurrió el crimen.
‘El Burro’ fue el sicario que le disparó a Solano. “A la una de la tarde, llegó a la casa de la víctima, tocó la puerta y cuando lo vio, le disparó”, así resumió la Fiscalía cómo se dio el homicidio.
Un dato no menor es que, para cuando ocurrió el crimen, el sicario estaba cumpliendo una detención domiciliaria que debía ser efectiva en Medellín. Después que se cometiera el asesinato, Pinzón repartió el dinero.
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