La cruel hipótesis que reveló documento de inteligencia sobre la masacre de una familia en Tibú
Miguel Ángel López, el dueño de la única funeraria del municipio era conocido como ‘El Chulo’ por recoger y preparar todos los cadáveres de esta zona azotada por el conflicto armado.
Noticias RCN
01:22 p. m.
En medio de la crítica situación de orden público que se vive en el Catatumbo por cuenta e los intensos combates entre el ELN y el Frente 33 de las disidencias de las Farc, Noticias RCN conoció un documento de inteligencia que revela la principal hipótesis del atroz crimen de la familia López Durán.
Sobre las 7:00 de la noche del 15 de enero, Miguel Ángel López, dueño de la única funeraria de Tibú, su esposa y su bebé de nueve meses fueron asesinados en un ataque armado indiscriminado cuando se movilizaban en su carro fúnebre en la vía que comunica Cúcuta con este municipio.
Las investigaciones de la dolorosa masacre apuntaban a que el crimen habría sido perpetrado por grupos armados que se disputan el control del territorio. Las hipótesis apuntan a que el trabajo que realizaba López habría sido determinante ante un orden del ELN.
La hipótesis sobre la masacre de una familia en Tibú
Un documento explicaría la masacre del dueño de la única funeraria de Tibú y su familia. Se trataría precisamente de la labor que hacía y por lo que era apodado como ‘El Chulo’.
López dedicó varios años de su vida a levantar los cuerpos de muchas personas que eran asesinadas en zonas donde ni siquiera las autoridades podían entrar porque eran controladas por grupos al margen de la ley.
“Al parecer, López realizó en las últimas semanas el levantamiento de personas que habrían sido asesinadas por estructuras del Frente de Guerra Occidental del ELN, señalados de pertenecer al Frente 33 de las disidencias de las Farc y de ser colaboradores cercanos de alias Andrey”, señala el texto.
Lo que revela el informe de inteligencia es que “estas bandas y grupos armados al margen de la ley han comenzado a decidir a quién se entierra y a quién no”.
Información recopilada por agencias de inteligencia da muestra de que el ELN habría dicho que nadie podría recoger a los muertos.
La investigación del caso señala que “López, por solicitud de familiares, le correspondió ir por los cuerpos sin vida, prepararlos y luego sepultarlos”.
Dueño de la funeraria era víctima de amenazas
Las pruebas recolectadas por el equipo de investigadores y de la unidad de inteligencia, confirman la versión de que el dueño de la funeraria era víctima de amenazas por parte de grupos armados:
Recibía amenazas y presiones de todos los actores armados criminales, debido precisamente a su labor de recoger, preparar y enterrar al personal fallecido y asesinado, entre ellos las víctimas de uno y otro bando ilegal.
El documento explica que “la sevicia con la que se perpetró el hecho da cuenta de la crueldad del duro mensaje que quieren enviar los grupos ilegales que delinquen en la zona (…) y denota cierto grado y afán por mostrarse poderosos y fuertes frente y contra sus otros rivales”.