Silletas reemplazan imágenes religiosas en viacrucis de Santa Elena, Medellín
Más 500 feligreses fueron atraídos por un viacrucis realizado en el corregimiento de Santa Elena, cerca a Medellín, donde las imágenes religiosas son sustituidas por vistosas silletas elaboradas por campesinos que hallaron la forma de unificar su florida tradición con la "pasión de Cristo".
Noticias RCN
06:11 p. m.
En la aldea de Barro Blanco, donde en cada una de las pintorescas casas hay un jardín, la parroquia Nuestra Señora del Carmen decidió, a partir de la esencia de los lugareños, transformar el Viernes Santo.
El sacerdote Rubén Darío Vanegas, quien dirigió toda la ceremonia guiada por coloridas cruces ubicadas en la carretera, explicó que el propósito principal del acto es "ofrecerle al Señor las flores y el trabajo" de los silleteros en uno de los días más significativos en la fe cristiana.
Varios habitantes de este corregimiento, que pertenece a Medellín y donde las flores le dan sentido a la existencia de cientos de campesinos acostumbrados a desfilar con enormes arreglos florales sobre su espalda, crearon hace nueve años este particular viacrucis como una forma de unir la tradición silletera con la religiosa.
"En Santa Elena tenemos flores, silletas y devoción", dijo José Ignacio Rico, quien junto a su familia elaboró las once silletas que fueron inicialmente exhibidas en cada estación para evocar, en medio de oraciones y reflexiones, la pasión y muerte de Jesucristo.
En el recorrido, que tardó más de una hora y que se inició recordando el momento en el que Poncio Pilato entregó a Jesús para que fuera azotado y crucificado, paulatinamente se fueron sumando las silletas que ilustraron pasajes como las caídas de Jesús, las mujeres piadosas de Jerusalén, el despojo de vestidos y la crucifixión.
Este año, según explicó Rico, los arreglos fueron elaborados en tipo vitral y utilizando entre 500 y 1.000 flores, algunas de ellas "vira-vira", araucarias, botones de oro y siemprevivas.
Doce días duró todo el proceso de elaboración de las silletas del viacrucis, que fueron preparado por unas 20 familias como una manera de decir "para Dios lo mejor".
En el acto, niños, jóvenes y adultos cargaron las silletas mientras una multitud los siguió orando, pues éste, dijo el lugareño, "no es un desfile normal, sino una procesión religiosa engalanada con silletas temáticas representando a Jesús".
Para algunos asistentes, este viacrucis constituye en una "grata revelación" que los invita a afirmar sus creencias religiosas y a admirar una cultura surgida en las montañas del departamento de Antioquia, que va más allá de ser una explosión de arte y color.
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