El emotivo relato de una porrista colombiana: un salto más cerca de cumplir un sueño
La historia de Sarah, una adolescente de 14 años que lucha contra el poco apoyo que tiene su amado deporte en el país.
Noticias RCN
11:57 a. m.
Varias voces que cuentan al unísono se escuchan por todo el lugar, al fondo un grupo de diez niñas de aproximadamente siete años practican en la cama elástica algunos saltos junto a su entrenadora. Al lado derecho del gimnasio seis niñas pasan una a una por la colchoneta haciendo saltos mortales con ayuda de tres muchachos un poco más grandes que ellas; en la mitad de todo, un equipo de 15 niñas escucha atentas la marcación que les hace su entrenador para dar inicio a la rutina.
En las dos paredes laterales hay una larga fila de repisas llenas con trofeos de primer y segundo lugar, en la pared del fondo se ven 14 pendones colgados de algunos campeonatos de años pasados; desde el segundo piso entra una fuerte corriente de viento por el balcón, y varios padres allí presentes observan con atención lo que están haciendo sus hijas en el piso de abajo. Pero, aunque hay mucho movimiento en todo el lugar, un grupo en especial llama la atención de todos los espectadores.
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Se trata del grupo de 15 niñas, la mayoría adolescentes aún. Se ven cansadas, llevan en este lugar tres horas entrenando sin parar, aun así, hacen cada movimiento con toda la energía que queda en sus cuerpos, haciendo parecer esta actividad algo realmente fácil. Poco a poco más personas empiezan a acercarse para poder ver bien lo que este equipo tan ágil está haciendo. Todos gritan y aplauden para darle ánimos a las niñas.
De repente las personas en el lugar se quedan quietas, y tanto padres como deportistas, junto con algunos visitantes, gritan con fuerza y al tiempo: “Con poder y pasión. De Colombia es lo mejor. Orgullo nacional. Spirit All Stars”. Los aplausos invaden el lugar y retumban en las paredes. Todos se emocionan, ya saben el espectáculo que va a empezar. La música comienza a sonar y la emoción se siente en el aire.
Ahí está Sarah, en toda la punta de la pirámide, lista para continuar con la marcación al ritmo de la pista musical. Llega el momento y todas levantan sus caras sonriendo, mientras comienzan a hacer giros y acrobacias por toda la peana. Así es como se conoce al piso especial en el que los porristas entrenan. Mientras grita a todo pulmón las marcaciones de la rutina al igual que sus compañeras, Sarah no para de sonreír. Está en su lugar seguro.
Ya han pasado siete años desde que Sarah empezó a practicar el porrismo como deporte, y desde ese primer momento nunca ha tenido la intención de parar. Su mamá, María Victoria, la describe como una niña muy competitiva que en el porrismo encontró una manera sana de liberar sus frustraciones y emociones negativas, pues, como ella lo dice: Sarah “quema” toda la rabia o tristeza que hay en su interior cuando realiza gimnasia, transformando toda esta negatividad en un motivador para hacer aún mejor sus elementos y seguir avanzando en este deporte.
Desde muy pequeña, los padres de Sarah intentaron despertar en ella el amor y la pasión por algún deporte. Probaron con clases de baloncesto, pero a ella no le gustó: no pasaron ni dos meses y Sarah se negaba rotundamente a volver. Su hermana mayor practicaba natación, e ingenuamente todos en la casa pensaron que al ver una cara familiar este deporte sí le gustaría. Pero, nuevamente, tras seis meses de llevar en un curso, Sarah se aburrió de las piscinas y pidió que la sacaran del equipo.
Resignados, sus padres, decidieron dejarla descansar y esperar a que ella por cuenta propia escogiera un nuevo deporte para practicar. Y así fue. Una tarde, viendo películas con su hermana, descubrió lo que solo unos meses después se convertiría en su primer amor y principal motivador. Sin buscarlo, Sarah encontró el porrismo en una “vieja” película que inicialmente ni siquiera quería ver, pero que finalmente terminó convirtiéndose en su favorita para siempre.
Lo que comenzó para Sarah como un pasatiempo inspirado en las películas estadounidenses como Bring it on: in it to win it, Bring it on: all or nothing o Bring it on: fight to the finish, hoy la ha llevado a ser una de las mejores deportistas en su disciplina, llegando así a formar parte del equipo de la Selección Colombia de Porrismo Nivel 3. Hecho que para ella ha representado un gran reto, pues, como Sarah lo explica, “en la selección, los pasos tienen que ser muy fuertes, muy técnicos. Aquí ya no importa tanto el baile”.
Para Sarah no ha sido nada fácil llegar hasta este punto en su trayectoria como porrista, ya que al igual que en cualquier otro deporte, ha tenido que hacer grandes esfuerzos y sacrificios para avanzar. Desde el 2016 entrena en el club Spirit All Stars, ubicado en la carrera 78bis #78-55 y que tiene sus puertas abiertas para los porristas todos los días de la semana.
Eduardo Cuervo, su entrenador tanto en el club Spirit All Stars como en la Selección Colombia (Team Colombia Youth 3), asegura que “tiene muy buen potencial, tiene facilidad de aprendizaje y cumple con las expectativas que se tienen cuando la cambias de rol”. Esto último haciendo referencia a las posiciones que se ocupan en el porrismo, siendo la flyer la persona que realiza elementos de equilibrio y flexibilidad cuando la alzan o lanzan; la base la encargada de lanzar y atrapar a una flyer, el cuidador, que, como su nombre lo indica, está pendiente y cuida que la flyer no se caiga; el poste, que vendría siendo una flyer que carga a otra voladora encima y a una altura considerable, y la central, que realiza mayormente baile y gimnasia durante la rutina.
Uno de los entrenamientos del Team Colombia Youth 3 durante su concentración en la ciudad de Bogotá. / Foto: Cortesía Universidad Jorge Tadeo Lozano
En el caso de Sarah, el amor por el porrismo y la pasión que siente por lo que este deporte le permite hacer es más grande que el cansancio y el estrés de sus días malos, pues su entrega y compromiso son tan constantes, que fácilmente y sin ningún problema Sarah asiste a Spirit entre cuatro y cinco veces a la semana, completando jornadas de diez o 14 horas semanales, dependiendo de qué tanta carga académica tenga.
Sus padres, aunque están orgullosos de todo lo que ha logrado su hija y siempre han hecho hasta lo imposible para apoyarla y seguir impulsándola para lograr su sueño de ganar una beca en el exterior con este deporte, más de una vez se han visto “cortos” económicamente, por la gran inversión que deben efectuar en el porrismo cada mes. Así lo manifiesta el padre de Sarah, Humberto Enrique, a quien todos llaman “Julián”.
Durante una charla con Diego Calderón, administrador y miembro del club de porrismo Spirit All Stars, pude confirmar esta declaración hecha por Julián, pues debido al mantenimiento que se debe llevar a cabo en el club, el pago a los entrenadores por su labor, las inscripciones a los campeonatos, los viajes que se realizan cuando las competencias son en otras ciudades, el costo de los uniformes de entreno y de competencia, los moños y los tenis, y las clases personalizadas que las porristas eligen tomar para mejorar su técnica, mensualmente los padres de las deportistas deben pagar aproximadamente 300 mil pesos colombianos cuando se encuentran fuera de temporada.
Si esta cifra ya es considerablemente elevada, ahora se le deben sumar otros gastos cuando se encuentran en temporada de competencias, campeonatos, campamentos cheer o tryouts, siendo estos dos últimos espacios en los que los deportistas tienen la oportunidad de mostrarle sus habilidades a otras Ligas y clubes de la ciudad, para poder ingresar a la Selección Bogotá o la Selección Colombia. Todos estos eventos en ocasiones se juntan y los padres pueden llegar a pagar entre uno y dos millones de pesos colombianos.
Asimismo, el dueño y director de Spirit All Stars, César Calderón, quien inició con el club hace 19 años, me comentó que lograr abrir un gimnasio de porrismo fue un proceso que le tomó cerca de ocho años, debido a que todos los materiales e implementos que los deportistas utilizan en la disciplina deben ser importados desde Estados Unidos, y, teniendo en cuenta la devaluación del peso colombiano frente al dólar, “la manutención de este espacio es de más o menos 22 millones de pesos mensuales, entre entrenadores, arriendo, servicios y los gastos de los implementos”.
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Continuando con lo anterior, los gastos que implica practicar el porrismo en Colombia siguen aumentando para algunos deportistas, como lo es en el caso de las niñas del Team Colombia Youth 3 de la Selección Colombia de Porrismo, en donde hoy se encuentra Sarah. Tienen gastos extra para poder conformar parte de este equipo, ya que, al estar compuesto por porristas de distintas regiones del país, deben reunirse cada mes en determinadas ciudades para llevar a cabo concentraciones en las que por un fin de semana deben entrenar de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche, con una hora de almuerzo. Y, nuevamente, los gastos de transporte, alimentación y hospedaje son asumidos en su totalidad por los padres de familia.
Sus triunfos no se quedan únicamente en su ciudad, Bogotá, pues en Medellín logra quedar como Campeona, el 11 de noviembre de 2018. / Foto: Cortesía Universidad Jorge Tadeo Lozano
Gloria Gonzáles, madre de Manuela Acuña, exmiembro de la Selección Colombia de Porrismo Nivel 4, e Isabela Acuña, miembro activo del Team Colombia Youth 3, aseguran que hace mucha falta el apoyo económico por parte del Estado colombiano, ya que para el Mundial de Porrismo, organizado por la International Cheer Union (ICU), o en español la Unión Internacional de Porristas, que se llevará a cabo los días 20, 21 y 22 de abril en Orlando (Estados Unidos), los padres tuvieron que pagar una inscripción de 500 dólares, que se dividió entre todas las integrantes del equipo, y 1.700 dólares para los viáticos de cada niña, lo equivalente a casi 8 millones de pesos colombianos.
Esto sin contar que, al ser todas las niñas menores de edad, algunas madres como Gloria y María Victoria van a viajar con ellas, lo que supone gastos extra de hospedaje, alimentación y transporte para las cinco mamás que acompañarán a las niñas en este paso tan importante para el porrismo colombiano, pues es la primera vez que se forma un equipo en la Selección Colombia de un nivel tan bajo, como lo es el 3, siendo su categoría las edades de 9 a 14 años.
A todos estos gastos también se le suman las terapias a las que las niñas deben someterse con fisioterapeutas, tras lesiones que pueden sufrir por accidentes durante las prácticas o por el cansancio físico y muscular, por las largas jornadas de entrenamiento intensivo. En el caso de Spirit, desde el 2022 cuentan con su propia fisioterapeuta, Damarys Martínez, quien está presente en el club todos los días de la semana en ciertos horarios, para brindarle sus servicios a las niñas. Damarys está capacitada para ejecutar masajes de recuperación muscular, electroestimulación con electrodos para tonificar y rehabilitar los músculos, y tratamientos con acupuntura.
Y es que aunque existe la Federación Colombiana de Porrismo (Fedecolcheer), en Colombia este deporte todavía no es contemplado dentro del Ciclo Olímpico, por lo que aún se mantiene como un deporte menor, sin embargo, gracias a la reciente aceptación de su participación en la categoría de Juegos Mundiales, el porrismo colombiano solo necesita que una de las federaciones a nivel internacional no tenga la opción de seguir en el Ciclo Olímpico, abriendo un cupo para que Colombia ingrese al Comité y comience a recibir un mayor apoyo económico por parte del Ministerio del Deporte. Así lo explicó Eduardo Cuervo, miembro de Fedecolcheer y entrenador de la selección Colombia Youth 3 de porrismo.
Imagen de Fedecolcheer para promocionar el apoyo a las niñas del Team Colombia Youth 3, para el próximo campeonato mundial ICU. / Foto: Cortesía Universidad Jorge Tadeo Lozano
En la página oficial de la Federación Colombiana de Porrismo, se estipula que su objetivo principal es fomentar, patrocinar, supervisar y organizar la práctica del porrismo dentro del territorio nacional. No obstante, llevar a cabo estas actividades supone un gran reto para el comité ejecutivo, ya que son más de ocho las Ligas afiliadas, con un promedio de 38 clubes deportivos, y el porcentaje monetario que se destina en el presupuesto anual debe ser dividido entre el grupo Cheer, al cual pertenece Sarah, y el grupo Dance, dejando una porción tan mínima para el equipo, que apenas alcanza para cubrir el pago del sueldo de Eduardo, quien durante este primer años ha trabajado sin recibir ningún tipo de remuneración económica.
En esta oportunidad quedó como subcampeona en la UCA Competition (Universal Cheerleaders Association) en Estados Unidos, su primer campeonato internacional, el 10 de marzo de 2019. / Foto: Cortesía Universidad Jorge Tadeo Lozano
Aunque los recursos con los que cuenta la Federación Colombiana de Porrismo no son suficientes para apoyar al equipo Team Colombia Youth 3, su vicepresidente Wilfredy Díaz, su secretario general Kenneth Cruz y su entrenador Eduardo Cuervo, junto con los padres y tutores legales de las 18 niñas que conforman el equipo, han buscado distintos medios para recaudar fondos y poder apoyar a sus hijas, contactando patrocinadores, creando “vakis” para que las personas puedan aportar dinero de manera online y con pequeñas ferias de productos de todo tipo.
Evidentemente, ser porrista en Colombia supone un reto tanto para los padres como para los deportistas. Tuve la oportunidad de hablar con varios de los familiares y entrenadores de las niñas que pertenecen a este equipo, y si algo noté es que todos se sienten inconformes y olvidados por el país, pues como más de uno me comentó: “aquí en Colombia, si no es fútbol o ciclismo, no lo miran a uno. Para Colombia no existimos”.
Este lamentable hecho representa una gran frustración para todos los practicantes de este deporte, ya que Colombia cuenta con excelentes porristas que han dejado el nombre del país en alto en varios campeonatos internacionales. En 2019 la Selección Colombia Team Colombia COED Élite 6 fue campeona del Mundo en el ICU, en el 2022 la Selección Colombia Team Colombia COED Premier 7 fue tercer lugar en el Campeonato Panamericano de Porrismo en Chile y segundo lugar en la Copa Americana, este mismo año la Selección Colombia Team Colombia Junior All Girl Advance 4 fue tercer lugar en el Campeonato Panamericano de Porrismo en Chile y primer lugar en la Copa Americana, sin mencionar otras participaciones en campeonatos en Costa Rica y en años anteriores en los que siempre se han ocupado los tres primeros puestos.
Aun así, este deporte no tiene la visibilidad ni el reconocimiento que debería, y por el contrario de lo que sucede realmente, los pocos ciudadanos que saben de la existencia del porrismo en Colombia, tienen el pensamiento de que es un deporte en el cual sus integrantes son inferiores en comparación con las capacidades deportivas de otros países, y consideran que no se les debería de dar apoyo porque, según ellos y desde la ignorancia, “no es nuestro fuerte y estaríamos perdiendo mucho dinero. Además, no es un deporte conocido”.
Una realidad que las niñas no logran comprender, pues ante sus ojos ellas deberían recibir el mismo apoyo que cualquier otro deportista. Sarah insiste en que el porrismo en Colombia tiene un gran potencial y si contara con los recursos necesarios y suficientes para solventar cada uno de los gastos expuestos anteriormente, podría ser el puente perfecto para que las futuras generaciones de porristas tuvieran mayores facilidades de aspirar a becas en Estados Unidos con este deporte.
De hecho, esa es la meta de Sarah. Su plan con el porrismo es ganar el Mundial de la ICU (International Cheer Union), obtener un mayor reconocimiento en el medio, seguir avanzando de nivel en el club Spirit All Stars, volver a pasar los tryouts para seguir siendo miembro de la Selección Colombia de Porrismo, y así, finalmente, poder llegar a Estados Unidos, la cuna de este deporte y donde, sabe, tendrá un mayor apoyo por parte del Gobierno. Allí, el porrismo representa un papel más importante. Es el lugar en el que ella anhela llevar a cabo sus estudios universitarios.
Un sueño que, aunque parece estar muy lejos aún, Sarah está segura de que va a cumplir, pues con el apoyo de su familia y su característica determinación superará cualquier obstáculo hasta lograrlo. A pesar de que apenas tiene 14 años, nadie pone en duda su talento para el porrismo, y sus entrenadores reconocen que tiene una gran habilidad para el deporte. Ahora se encuentra a tan solo 20 días de su oportunidad de demostrarle a Colombia y al mundo que nació para esto, y que será el porrismo su medio para brillar y cumplir sus sueños.
Por: Juanita Fuentes Martínez – CrossmediaLab de la Tadeo.