Tal vez ya sea demasiado tarde

El sistema se volvió rehén de quienes hoy lo manejan, se quedó sin dolientes, exhausto y sin recursos, agoniza miserablemente.


Gustavo Nieto
marzo 29 de 2025
10:27 a. m.
Unirse al canal de Whatsapp de Noticias RCN

María Isabel fue diagnosticada con diabetes hace 25 años. Soy testigo que desde ese momento comenzó una lucha difícil y muy consistente para no morir en el intento. El diagnóstico representó retos desde varios puntos de vista; de salud, nutricionales, sicológicos, pero sobre todo uno clave: su salud estaba en manos del Estado y lo que este pudiera hacer por ella. Una certeza tan clara como aterradora, mientras la enfermedad, silenciosa, avanzaba en su organismo, el temor más grande siempre fue: "¿estoy en un país capaz de ayudarme a sobrellevar este drama?", "¿habrá condiciones para sobrevivir con esta enfermedad?" No eran preguntas menores, teniendo en cuenta que, si bien es cierto, la diabetes es una enfermedad más común de lo que se cree, si no se atiende como corresponde es letal. Inevitablemente letal.

Así comenzó un camino difícil, con altibajos, pero hasta el momento exitoso porque María Isabel está viva y lleva una vida normal, sin embargo en los últimos meses ha estado llena de incertidumbre y zozobra.

Durante décadas estuvo afiliada a una EPS, más allá de sus "ires y venires" como paciente crítica, la insulina siempre le fue suministrada, es más, desde hace ocho años se la llevaban a su domicilio, puntualmente, cada mes. Cuando la enfermedad adquirió niveles dramáticos y su páncreas no produjo más insulina, los médicos especialistas vieron que era necesario recurrir a una bomba de infusión continua que reemplazara ese órgano vital, y así fue. Tras varias consultas y exámenes, le fue autorizada, es más, le han sido autorizadas cuatro de acuerdo con los avances tecnológicos y las necesidades de su condición. De nuevo, el sistema le salvaba la vida.

Con el tiempo ha estado hospitalizada dos veces, una de ellas en UCI, por fortuna siempre recibió el tratamiento adecuado para su recuperación; siempre contó con un equipo interdisciplinario que la orientaba. Endocrinólogos, internistas, nutricionistas, enfermeras jefe y hasta sicólogos hicieron parte del apoyo que recibía de la EPS en medio de su trasegar con la diabetes.

Claro, ella no niega que se presentaban dificultades, papeleos desgastantes, citas demoradas y a veces, no pocas, una deficiente atención en urgencias, que en ocasiones terminaba en una discusión sin sentido con el personal de seguridad. Todo hay que decirlo, como hay que decir que la corrupción también hizo lo suyo y no han faltado los escándalos vergonzosos, pero más allá de lo anterior, que todos conocemos y rechazamos, el sistema tenía cosas muy buenas que, como queda evidente en los párrafos anteriores, conocí de primera mano y valoro sinceramente, por esa razón pienso que el tema no es acabarlo, es mejorarlo, pero por lo visto, lo están destruyendo sin piedad a costa del bienestar de millones y eso señores, no tiene nombre.

Desde diciembre a María Isabel se le acabó el suministro de insulina y otros insumos, o sea, hace tres meses que no volvió a recibir ese medicamento del que depende su vida, solo la generosidad de otros pacientes, que a través de cadenas de chat y mensajes de texto organizan envíos y reparten sus existencias, ha permitido que sobreviva. Como en Venezuela pasaba con el papel higiénico hace unos años.

A la normal ansiedad que genera su enfermedad, se le sumó una sensación nueva y angustiante, que es la de no saber si podrá sobrevivir en medio de semejante desasosiego.

El Gobierno decidió quedarse con las frases altisonantes llenas de rencor, en vez de tratar de mejorar lo que había. La ineptitud y el odio vencieron a la responsabilidad y la eficiencia y en el medio, millones de pacientes como María Isabel con el credo en la boca esperando a que un milagro los salve.

¿Acaso es justo lo que está pasando? Creo que no, más allá de ideologías o pulsos políticos, con todos sus problemas, el sistema era mejor que lo que hay ahora y eso ya debería ser suficiente para tomar decisiones y corregir el rumbo y no ir por el atajo fácil de las verdades a medias y los señalamientos infundados.

El sistema se volvió rehén de quienes hoy lo manejan, se quedó sin dolientes, exhausto y sin recursos, agoniza miserablemente. Ante la mirada de todos, se desmorona sin remedio. Como sin remedio están miles de pacientes que llenos de angustia parecen no tener salida.

María Isabel es mi hermana, hace parte de los 2 millones 186 mil pacientes diabéticos registrados en las cifras oficiales, pero no escribo esta columna solo por ella, lo hago por todos los que, como ella, tienen la desgracia de padecer una enfermedad y ven cómo sus tratamientos se interrumpen con consecuencias impredecibles.

Seguro todos tenemos una María Isabel cerca, todos padecemos de una u otra forma el entierro de tercera que le están dando al sistema de salud, que necesitaba correcciones y no extremaunciones, solo queda una pregunta en el aire ¿Y cuando yo ocupe el lugar de María Isabel, habrá forma de que alguien haga algo por mí?, Tal vez no, tal vez ya sea demasiado tarde.

Unirse al canal de Whatsapp de Noticias RCN Google News Síguenos en Google News

Otras Noticias

Copa del Rey

¡Hay final Barça vs. Real!: video del gol de Ferran Torres para eliminar a Atlético de Madrid

Barcelona le propinó un nuevo golpe a la afición 'colchonera' y se instaló en la final de la Copa del Rey. Ferran Torres, el héroe 'culé'.

Hace 7 minutos

Bogotá

Respaldan al juez que dejó libres a miembros de ‘Los Relojeros’: “Han censurado la decisión”

El juez 74 penal municipal con función de control de garantías dejó libres a nueve de los 13 capturados.

Hace 38 minutos


Las hermanas de Yina Calderón le respondieron con todo a Norma Nivia tras sus comentarios: video

Hace una hora

Oficial: Colombia aparece en el listado de países con aranceles recíprocos anunciado por Donald Trump

Hace una hora

Donald Trump anunció los aranceles recíprocos de Estados Unidos a nivel global

Hace una hora