Pedofilia y acoso, el Lado Oscuro del mundo digital

Las redes sociales se han convertido en parte integral de la vida de la sociedad de hoy y así como esta era digital tiene aspectos positivos, también tienen un lado oscuro y perturbador al que es imperativo hacer frente.

No podemos ignorar, ni mucho menos minimizar el acoso a los menores y la pedofilia en este mundo virtual. He sido una defensora de la protección y los derechos de los niños, es por esto que siento una responsabilidad y un deber de hacer un llamado de atención a nuestra sociedad y a nuestras autoridades sobre este alarmante flagelo que aqueja a nuestra juventud.

Proteger a nuestros niños de los depredadores virtuales debe ser nuestra prioridad y es urgente tomar las medidas y los correctivos más drásticos para combatirlo.

El auge del mundo digital ha exponenciado esta problemática abriendo las puertas a estos depredadores que pueden entrar en un hogar, en una pequeña mente de manera silenciosa sin siquiera tener que estar cerca de nuestros hijos, aprovechando su vulnerabilidad e inocencia. 

Esta obsesión en la que se han convertido las redes sociales, es un caldo de cultivo y ha incrementado los escenarios para que se presenten estos casos pues un abuso sexual no implica necesariamente contacto directo. Prácticas como el exhibicionismo, el material pornográfico, el voyerismo o el lenguaje sexual son igualmente graves y también son consideradas abuso.

Entendamos la diferencia entre los conceptos de pedofilia y pederastia: Un pedófilo siente atracción sexual por un menor, mientras que un pederasta lleva a cabo sus abusos. 

Un pedófilo en redes sociales crea perfiles con nombres falsos o alias, perfiles fantasma e itinerantes y en la mayoría de los casos simula tener la misma edad de sus víctimas para seducirlos y manipularlos con el único objetivo de explotarlos sexualmente; comportamiento repugnante que deja marcas profundas en los niños y sus familias y por eso debemos unirnos para erradicarlo.

Se considera que existe abuso donde el menor es usado como objeto sexual y hay desigualdad de poder, de edad entre el agresor y la víctima. Víctimas menores de edad que no comprenden ni están preparados para asimilar este tipo de actos, por lo tanto ocurren sin su consentimiento o sin una conciencia plena.

Como lo he dicho a lo largo de mis columnas durante estos años, la mejor protección y la mejor prevención es la educación. Como padres debemos identificar los riesgos y peligros a los que nuestros menores se encuentran expuestos en la red, pues no podemos esconderlos ni apartarlos del uso de la tecnología en el mundo actual, y lo más importante tener claro qué hacer, cómo reaccionar si alguna vez se enfrentan a ello.

Lo primero es mantener con nuestros niños los canales de comunicación abiertos, fortalecer la confianza padres e hijos, concientizarlos de los peligros, hablarles claro, darles herramientas para discernir; estas son las mejores armas para combatir este flagelo. Establecer normas al interior del hogar por su seguridad, como que los dispositivos se usen en lugares visibles y con puertas abiertas, que los padres o cuidadores tengamos siempre la posibilidad de ver en que actividad están, además establecer reglas y horarios para su uso, pues después de las nueve de la noche se incrementa el numero de usuarios y así mismo los riesgos.

Con cierta frecuencia hacer una revisión del historial de las páginas visitadas, conversar con ellos acerca de las personas con las que establecen comunicación y los temas que tratan.

Nadie dijo que ser padre es tarea fácil y creo que en esta época digital es un reto aun mayor; los padres debemos estar al día con el uso de nuevas tecnologías para conocer los peligros que enfrentan y en que actividades participan los menores.

Un menor que pueda estar siendo acosado necesita confianza y respaldo para hablar y expresar; estos delincuentes pueden intimidar a un niño, amenazarlo, chantajearlo y aprovecharse de su inocencia e ingenuidad para hacer que guarde silencio. Nosotros debemos ser su espacio seguro, su refugio, su solución. Pero además de las familias, somos varios los actores que tenemos responsabilidad en esta materia, y comencemos por las empresas de tecnología dueñas de las distintas redes sociales, muchas de ellas ya han implementado políticas de seguridad y protección, pero aun la inversión debe ser mayor en avances para no solo detectar sino denunciar y apoyar a la justicia en contra de estos agresores.

Lo que nos lleva al siguiente y esencial actor, las autoridades, quienes deben apoyarse estrechamente en las anteriores y proceder con el mas estricto y extremo rigor.

Los gobiernos y sus leyes deben fortalecerse en esta materia, castigar severamente a estos delincuentes, las autoridades deben poder contar con la tecnología más avanzada para su rastreo y captura, incentivar a las víctimas a confiar y denunciar, que sientan seguridad y respaldo para actuar con valentía ante actividades sospechosas.

El mayor apoyo para los padres y familias en aras de prevenir, concientizar y fortalecer son las instituciones educativas, es ahí donde los menores deben recibir programas completos que los lleven a diagnosticar y denunciar, si se ven enfrentados a un caso de acoso y abuso.

Tanto el mundo físico como el virtual deben ser entornos seguros para nuestros hijos y juntos debemos propender por ello.   

@MafeNaviaC
Periodista y presentadora