El enigma de la inmunidad: ¿Por qué algunas personas no contraen COVID-19?
Tras cuatro años de la pandemia que se vivió en pleno 2020, muchos se preguntan por qué algunos nunca se contagiaron de COVID-19, esta es la explicación.
Noticias RCN
01:48 p. m.
Desde el surgimiento del COVID-19 a finales de 2019, el virus se ha propagado globalmente, afectando a millones y alterando profundamente nuestras vidas.
A pesar de que la emergencia sanitaria ha disminuido, el virus continúa circulando debido a nuevas variantes.
En medio de esta realidad, un fenómeno intrigante ha captado la atención de los científicos: algunas personas nunca han contraído COVID-19, a pesar de estar repetidamente expuestas al virus.
La búsqueda de respuestas: Un estudio revelador
Un reciente estudio publicado en la revista Nature ha arrojado luz sobre este enigma. La investigación sugiere que la razón por la que algunas personas no se infectan podría estar en un gen específico, relacionado con una respuesta inmune recientemente descubierta. En el estudio, un grupo de 36 voluntarios, que no habían estado previamente expuestos al virus ni vacunados, fueron infectados intencionalmente con el coronavirus SARS-CoV-2. Sorprendentemente, algunos participantes no contrajeron una infección sostenida.
El secreto parece residir en el antígeno leucocitario humano (HLA), un conjunto de marcadores proteicos que envían señales al sistema inmunológico. Se descubrió que los individuos con alta actividad del gen HLA-DQA2 no se infectaron después de la exposición. Esta respuesta inmune desconocida hasta ahora podría explicar por qué algunas personas no enferman.
La magia de las células T y la respuesta inmune
El estudio también reveló la importancia de las células T en la respuesta inmune. De los 36 participantes, siete nunca dieron positivo por el virus y tres experimentaron infecciones transitorias que no llegaron a desarrollar síntomas. Los científicos encontraron que una mutación en el gen HLA-DQA2 ayudaba a las células T a identificar y atacar rápidamente el SARS-CoV-2, debido a su similitud con los virus del resfriado común.
"Es como tener un ejército preparado para la batalla que ya sabe qué buscar", explicó Jill Hollenbach, la investigadora principal del estudio y profesora de neurología, epidemiología y bioestadística en el Weill Instituto de Neurociencias de la UCSF.
En el caso de las infecciones transitorias, los individuos desarrollaron una respuesta inmune rápida, conocida como respuesta de interferón, en la nariz al día siguiente de la exposición. Esta reacción actúa como una alerta viral, atrayendo células para combatir la infección antes de que el virus pueda propagarse.
Por otro lado, aquellos que sí enfermaron mostraron una respuesta inmune más lenta. La respuesta de interferón tardó al menos cinco días en activarse, lo que permitió al virus multiplicarse y propagarse en el organismo.