Paridad en el Gobierno Petro: así cumple el presidente a las mujeres a un año de su mandato

Con una promesa de paridad, el presidente Gustavo Petro se posesionó en el poder el pasado 7 de agosto de 2022. Hoy, un año después, pareciera que ese voto se rompió.

Al iniciar su mandato, Petro nombró a nueve mujeres para liderar algunas de las carteras más importantes del país. Sin embargo, en estos 12 meses han salido 11 de los 18 ministros que iniciaron junto a él este proyecto político.

De las nueve ministras que fueron posesionadas inicialmente en las carteras de Vivienda, TIC, Minas, Deporte, Trabajo, Cultura, Salud, Ambiente y Agricultura, únicamente permanecen tres: Catalina Velasco, Gloría Inés Ramírez y Susana Muhammad.

De las seis vacantes que quedaron libres en el remezón ministerial a principios de año, solo dos fueron reemplazadas por mujeres. Al Ministerio del Deporte llegó Astrid Bibiana Rodríguez, en reemplazo de la medallista olímpica y recientemente imputada por corrupción, María Isabel Urrutia; mientras que al Minagricultura entró Jhenifer Mojica, en lugar de la experimentada Cecilia López Montaño.

Pero hubo otros dos cambios relevantes. Del ministerio de Educación se fue Alejandro Gaviria y, en cambio, subió la entonces viceministra Aurora Vergara. Entretanto, del Ministerio de Ciencias salió Arturo Luna y llegó Yesenia Olaya.

En las últimas semanas, Petro perdió a otra de las mujeres que lo acompañaron fervientemente en su proyecto político. Se trata de la exministra de Minas Irene Vélez, quien fue reemplazada por el docente Andrés Camacho Morales.

De esta forma, solo en cargos ministeriales hay ocho mujeres nombradas de 19 carteras, contando a la vicepresidenta Francia Márquez como cabeza del recien creado Ministerio de la Igualdad. En las carteras, el Gobierno Petro se raja por uno en su promesa de paridad.

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Paridad en otros cargos del alto Gobierno

Para finales del 2022, Gustavo Petro tenía nombradas 23 mujeres en cargos importantes no ministeriales al interior del Gobierno Nacional. Entre ellas se encontraban Piedad Urdinola, como directora del Dane; Concepción Baracaldo, en cabeza del ICBF; Cielo Rusinque en el DPS, Aurora Figueroa, como viceministra de Educación Superior, Ángela Penagos, presidenta de Finagro; Gabriela Posso, en la Consejería de la Juventud; Carmen Caballero, directora de Procolombia; Patricia Tobón, en cabeza de la Unidad de Víctimas; y por supuesto, su jefe de Gabinete, Laura Sarabia.

Pero en este ajedrez se han presentado varios movimientos importantes. Tal vez el más notable fue la salida de Sarabia, la mano derecha del presidente, en medio del escándalo por las chuzadas y los explosivos audios de Benedetti. Su cargo aún no tiene reemplazo.

Otra salida que llamó la atención fue la de Concha Baracaldo del ICBF, aunque su puesto fue ocupado por la licenciada en Educación Infantil, Astrid Eliana Cáceres.

En el Departamento Administrativo de la Presidencia y sus dependencias, actualmente solo hay una mujer nombrada que corresponde a María Paula Fonseca, la nueva secretaría de Comunicaciones que llegó en lugar de Germán Gómez.

En las cinco consejerías, actualmente todas las direcciones son ocupadas por mujeres: Sandra Liliana Ortiz en la Consejería de Regiones, Gabriela Posso en Juventud, Clemencia Carabalí en Equidad de la Mujer, Eva Ferrer en Reconciliación Nacional y Jenny de la Torre como encargada de Derechos Humanos y DIH.

No obstante, de los 5 departamentos administrativos, entre ellos el DNP, Función Pública, el DPS, Dane y DNI, solo hay dos mujeres nombradas que son Cielo Rusinque (Prosperidad Social) y Piedad Urdinola (Nacional de Estadística).

De 10 superintendencias, solo hay dos dirigidas por mujeres: la de Industria y Comercio por María del Socorro Pimienta, y la de Transporte por Ayda Lucy Ospina. Mientras que en las Unidades Administrativas Especiales, que son aproximadamente 85 para todas las carteras, hay apenas 32 mujeres dirigiendo, es decir, solo el 37,6% de los cargos.

En cargos de embajada, únicamente ante organizaciones internacionales, de ocho puestos solo dos están ocupados por mujeres: el de la Organización de las Naciones Unidas, por la representante del pueblo arhuaco Leonor Zalabata; y el de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, por Laura Guillén.

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¿Por qué es importante la paridad?

Valentina Enciso, coordinadora de acción policía en la Organización Artemisas y miembro de la campaña Paridad Ya, considera que hay un cuestionamiento sobre lo que implica la paridad al interior de un Gobierno, pues hay una brecha en la apertura de datos que no están actualizados.

Esto quiere decir que de las mujeres que ocupan altos cargos en el Gobierno en este momento, no todas llegaron como una cuota del nuevo mandatario; por el contrario, hay algunas que ya se encontraban allí por nombramiento del presidente anterior y que continúan liderando ciertas dependencias.

Es importante asumir el compromiso de lo que implica tener a mujeres en el gabinete
Otro tema que atraviesa fuertemente la paridad tiene que ver con la violencia política que enfrentan las mujeres cuando asumen ciertos roles de poder al interior de un Gobierno. Comentarios de desprestigio y menosprecio de su experiencia, como lo que sucedió con las exministras de Salud y Minas, suelen ser algunas de las barreras, sostiene Enciso.

Entonces, ¿cómo crear espacios seguros para las mujeres al interior de la política?

Para la representante de Artemisas, “la sociedad colombiana no está preparada para asumir que las mujeres pueden tener espacios de poder y tomas de decisión en cualquier ámbito”, lo que se debe en gran medida al arraigo de los roles de género que las aíslan de los espacios de liderazgo.

Nuestros liderazgos quedan reducidos a ámbitos de sexualización. Nos ven como una otredad y no como una persona con autonomía política para tomar decisiones

Hasta la fecha, la MOE estima que el 57% del gabinete de Gobierno está ocupado por hombres y, si bien esto es significativo en comparación con gobiernos anteriores, no alcanza a cumplir con esa promesa del 50/50 hecha por el presidente en campaña.

Ahora, remontándonos a finales de 2022, cuando el mandatario recién terminaba de nombrar y posesionar a su equipo, se encontró que de 100 altos cargos, cerca de 23 eran ocupados por mujeres, mayoritariamente en el sector social.

Aquí hay otro tema importante y es que, además de que estás cifras no cumplen ni siquiera con la ley de cuotas del 30% ni con la promesa del 50% de los nombramientos, sigue existiendo una excusión hacia las mujeres de puestos de defensa o justicia, tradicionalmente ocupados por hombres.

Enciso puntualiza que aumentar la participación de las mujeres en la política es un paso fundamental, pero para lograrlo es necesario propiciar espacios seguros y combatir los roles de género que ahondan en ideas de cómo debería comportarse una mujer que asume un espacio de decisión.

Hay imaginarios de cómo debería ser una mujer que está en la política, pues se espera que las mujeres asuman un papel masculino para ocupar estos espacios de decisión

Dejar de pensar la paridad como una “cuota” es reconocer que las mujeres no son un número burocrático para demostrar que una sociedad es incluyente, sino que son actores capaces de hacer parte de una democracia participativa.

Al Gobierno Petro le queda por cumplir y, sin duda, en temas de paridad las mujeres están expectantes. La promesa del Ministerio de la Igualdad es una esperanza viva para las organizaciones y movimientos que consideran primordial expandir un sistema de cuidado a todos los rincones del país, recompensar los trabajos de cuidado y proteger los fallos que reconocen las libertades y derechos de las mujeres, como es el caso de la sentencia C-055.

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