Enemigo en Casa: la desaparición de Sara Sofía Galván
Xiomara Galván, hermana de la madre de Sara Sofía, revela detalles de la relación que tenía con Nilson antes de la desaparición de la menor.
Noticias RCN
10:34 p. m.
En 2021 Xiomara Galván se convirtió en una investigadora, quería esclarecer lo que había pasado con su sobrina Sara Sofía, una niña que aún no cumplía los dos años de edad.
“Nunca vimos nada anormal de eso, por eso permitimos de que mi hermana se la llevara un fin de semana para que pasara con su niña, para que disfrutara”, dice Xiomara.
Tiene claro que ese 15 de enero no podía impedir que su hermana Carolina Galván se llevara a su sobrina, a quien cuidaba sagradamente.
Uno qué va a desconfiar, era la mamá, yo no tenía su custodia, tampoco podía decirle que no se llevara a la niña
No entiende qué le pasó a su hermana, pero siguiendo pistas llegó a la conclusión de que se dejó endulzar con palabras bonitas y cayó en una trampa de la que no pudo salir.
“Mi hermana no conocía tanto a Nilson porque yo creo que fueron unos meses lo que mi hermana conoció a este tipo, mi hermana se fue de la casa en noviembre y en enero yo le entregué a la niña (…) le pongo que más de seis meses mi hermana no conoció este tipo”.
Carolina convirtió a Nelson Díaz en el padrastro de la menor y éste se aprovechó de su inocencia. Por esos días Xiomara se enteró, por una llamada, que su hermana se estaba prostituyendo.
“Me dice: es que su hermana se está prostituyendo acá en el sector de la 38 y acá la trajo un señor y me dio toda la descripción de Nilson”.
Nilson tenía un pasado oscuro
Para la fecha de la desaparición de Sara Sofía, Carolina tenía 20 años y Nilson Díaz 45. Buscó refugio en esa persona que, supuestamente, le garantizaba una estabilidad, un hombre con antecedentes y un pasado oscuro.
“Nosotros lo que podemos investigar era que Nilson utilizaba a sus hijos para bienes económicos. Era una persona que manejaba prostíbulos, temas de prostitución, drogadicción. Nilson no era una persona buena, tenía antecedentes”, afirma Xiomara.
Esa amistad no era sincera y además de someterla, cambió todas las costumbres y principios que le habían inculcado en la casa.
“Yo encontré a mi hermana prostituyéndose en el sector de la 38 y mi hermana nunca llegaba borracha, mi hermana era una niña de casa. Sí con sus rebeldías de adolescente, de persona joven, fue mamá muy joven, pero nunca fue prostituta”, agregó.
Para Olmer Sepúlveda de la Fundación Siempre Nuestros Niños, Carolina “pensó más en esa relación y obviamente el tipo la induce a las drogas, al consumo de ciertas sustancias marihuana, bazuco, cocaína (…) Carolina ya era una persona que no tenía mucho carácter, mucho criterio. Ella puso al bandido por encima de su hija”.
Tratar con Carolina Galván hablar con ella es como hablar con una niña de 10-12 años
Quienes se unieron a la búsqueda de la niña recorrieron la orilla del río Tunjuelito donde supuestamente la habían arrojado y no perdieron la esperanza de encontrarla con vida. Entendieron que Carolina era una niña inmadura que aún no estaba preparada para enfrentar la vida fuera de casa.
¿Qué motivos llevan a una madre a dejar a su hija al cuidado de un desconocido?
El trato durante la niñez, un posible sometimiento y dependencia a la pareja son elementos que se deben contemplar a la hora de entender la permisividad de estas madres.
“Aquí es donde nosotros vemos esos vacíos y esas falencias estructurales tanto en su personalidad como en su emocionalidad y a través de estas figuras de del agresor que maltrata y de la mujer sumisa termina convirtiéndose en una pareja penal, que llamamos desde la criminología, y es como cada uno desde sus componentes trata de mantener esa relación y pues esto incide en lo que quiere lograr esta esta persona”, explica Diana Marcela Martínez, psicóloga jurídica y forense.
Para enero de 2021 Carolina había tocado fondo y actualmente está asumiendo. Se le declaró culpable del delito de desaparición forzada.
La psicóloga Martínez dice que “en este caso hay tres posibilidades: está muy sometida y dominada y tiene temor a que este agresor la mate o incluso prefiere que lo abuse y no lo mate. No tiene quién más le provea el alimento o el sustento en la casa, entonces prefiere permitir este tipo de abusos. O que esté muy enamorada y su raciocinio no le permita entender el daño que está causando esta persona en sus hijos”.
Ante la Fiscalía Carolina cambió su versión varias veces en una de ellas incluso encubrió a Nilson. Lo cierto es que el cuerpo de la niña nunca apareció y en este caso es evidente la indolencia de un padrastro y una madre.