Enemigo en Casa: el plan criminal de un padrastro y un bebé asesinado en Fusagasugá
Jerónimo Angulo fue encontrado sin vida y con múltiples lesiones. Su padrastro está recluido en la cárcel de Cómbita como presunto responsable del crimen.
Noticias RCN
10:38 p. m.
En la casa de la familia Díaz Ocampo, en el barrio Carlos Lleras del municipio de Fusagasugá, hasta el 5 de marzo de este año se escondía un secreto o quizá muchos. Por eso en la noche de ese día funcionarios de la Policía y el CTI llegaron hasta el lugar.
Jerónimo Angulo, de tres años, hijo de Erika Ocampo, había desaparecido desde las 4:00 de la tarde y nadie daba razón de él.
“Vine a almorzar y el niño estaba todavía acá y él dice que fue que salió un momentico que a llevar la niña a chupar una paletica y que ya cuando llegó ya el niño no está por ningún lado”, relató la madre del menor en el momento de la desaparición.
Erika desesperada, clamó por ayuda desde que supo de la desaparición. Por fortuna, su pareja sentimental había denunciado el hecho pues también estaba preocupado.
“La llamada se recibe al operador Gaula, el señor Díaz hace la llamada diciendo que su hijo de tres años, al parecer, estaba secuestrado”, indicó el coronel Cristian Caballero, comandante del Gaula Militar de Cundinamarca.
Erika y Giovanny tenían cinco hijos y Jerónimo era fruto de otra relación de ella cuando él se había apartado del hogar para rehabilitarse del consumo de drogas.
“Lo que se pudo conocer es que ellos tenían una relación de aproximadamente diez años, se separaron y es en ese momento donde la madre de Jerónimo conoce otra persona y de esa persona nace Jerónimo”, señalo el mayor Jhonier Cardona Ramírez, excomandante de Policía de Fusagasugá.
La investigación avanzaba de forma acelerada y la premisa era determinar qué había pasado segundos antes de que el niño desapareciera. El 6 de marzo en horas de la mañana continuaba el misterio y el pueblo entero se había unido para buscarlo.
“Se logra activar el mecanismo de búsqueda que nos permitió a nosotros hacer unas actividades de manera, urgente y prioritarias”, dijo el mayor Cardona.
Giovanny Díaz, el padrastro de Jerónimo, en su afán por encontrarlo colaboraba con las autoridades. En apariencia, estaba muy preocupado.
El padrastro de Jerónimo, principal sospechoso del crimen
Jerónimo apareció sin vida el miércoles 6 de marzo en horas de la tarde, dentro de una lona y con múltiples golpes. El padrastro era el principal sospechoso del asesinato.
“El hecho de haber llamado inicialmente a la línea 147 era como para decir - yo fui el que puse la denuncia yo aquí no tengo nada que ver - ya en el en el sector también comienza a desinformar”, afirmó el coronel Caballero.
Díaz tejió un plan criminal, pensó que engañaría a las autoridades, pero cuando acompañaba la búsqueda del menor, iba entregando datos de lo que había hecho.
“Comenzó él mismo a cometer errores que llevaron a las autoridades primero a descifrar que él había sido el homicida, que él había cometido todo el delito y a encontrar al niño”, agregó el comandante del Gaula Militar de Cundinamarca.
Para las autoridades, vecinos y familiares Jerónimo estaba viviendo con el enemigo.
¿La mamá sabía de los maltratos? y si fue así ¿por qué no actuó o qué se lo impidió?
“Por la forma en que se encuentra el niño, ver los golpes que reflejaba en su cuerpito solamente me hacían pensar el sufrimiento del niño antes de que se generara su deceso. Ver y solamente pensar en cuántas veces esta criatura le pidió a este tipo que por favor no lo agrediera más, que parara. Este sujeto no entendió esto y muy probablemente la mamá tampoco lo entendió y generaron lo que es la muerte de nuestro niño Jerónimo”, señaló el excomandante de Policía de Fusagasugá.
La psicóloga investigadora y criminalista Diana Marcela Martínez Daza, ha estudiado este tipo de comportamientos y se atreve a firmar que son más frecuentes de lo que parece advirtiendo que no hay que generalizar. “De pronto es el temor también que ellas pueden llegar a tener y decir pues no voy a tratar de manejar esto así, no pasa nada, no le cuento a nadie, yo veo que le pega a mi hijo a mi hija pero pues no quiero tener problemas y acá vemos una particularidad y las omisiones también son delito”.
Determinar el por qué una madre permite maltratos de un padrastro depende de varios factores. “Se han encontrado unas características propias de las víctimas y es una baja autoestima, una falta de red de apoyo y una incapacidad de comentar problemas que se dan dentro de la familia, incluso esas falencias psicológicas pueden llegar a repercutir en la forma en como ella cría a sus hijos y cómo permite que otro miembro ingrese y también forme parte de esa unidad familiar”, aseveró Martínez Daza.
Jerónimo descansa en paz, su verdugo enfrenta a la justicia y de su madre es poco lo que se sabe. Él es solo una cifra más de la estadística de menores víctimas de violencia intrafamiliar.