“No sé por qué me salvé”: sobreviviente de tragedia en vía Quibdó - Medellín
Ovidio Barrientos y Juan José López estuvieron en El 17 pero por diferentes circunstancias sobrevivieron al deslizamiento que deja 39 muertos.
Noticias RCN
08:53 p. m.
Sobre las 4:00 de la tarde del viernes 12 de enero, en medio de una lluvia torrencial en el sector El 17 del municipio del Carmen de Atrato, varios vehículos detuvieron su tránsito por la vía que conduce hacia la ciudad de Medellín desde Quibdó. En ese momento, la montaña se desprendió sepultando los carros y una vivienda en la que resguardaban decenas de personas.
Una de ellas es Ovidio Barrientos Jaramillo, quien con las señales de la tragedia aún en su cuerpo, recuerda con tristeza lo afortunado que fue al ser uno de los sobrevivientes de la avalancha.
“Eso se dejó venir una piedra inmensa, una cosa grandísima. Alguien dijo; esa piedra estaba teniendo esa montaña (…) y se vino otro poco de tierra y cogió el corredor de esa casa (…) le dije a una muchacha que había conmigo salgámonos de aquí, yo aquí en esta casa no me quiero quedar”, contó.
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Dijo que los dos salieron a un galpón, desde allí grabó con su celular la tragedia. “A los cinco minutos eso estalló y se vino. Arranqué a correr, me tumbó, me dio como tres o cuatro vueltas en el piso. Me paré como pude, me tiré y caí a la vía”.
No sé por qué me salvé, no era el día mío. Una cosa piensa usted aquí, pero el de arriba piensa otra
Juan José López es otro sobreviviente que, al igual que Ovidio, por cosas del destino está contando su historia. También grabó uno de los videos del deslizamiento.
“La montaña toda la mañana arrojó piedra y lodo pero la gente, por sentirse más segura dentro de la casa, optaron por quedarse ahí y resulta que eso sirvió fue de tumba”, relató.
Fueron casi diez horas compartiendo con extraños que bajo la inclemente lluvia intercambiaron anécdotas, bromas y una comida improvisada. “Guineos, salchicha y salchichón, la última comida que más de uno se comió”.
La magnitud de la tragedia se siente en las palabras de los sobrevivientes. “Al ver que de cada persona que sacamos vivas salían tres o cuatro muertas, entonces era muy desconsolador el panorama, muy triste”.