¿Es viable que el gobierno colombiano logre regular la cocaína en el mundo?
Se abrió el debate y dos expertos analizaron los pros y contras de buscar una regularización de la hoja de coca en Colombia.
Sara Casallas
04:03 p. m.
La discusión sobre el fracaso histórico de la guerra contra el narcotráfico en Colombia ha puesto sobre la mesa la búsqueda de alternativas que permitan crear un consenso y una nueva narrativa en la política de drogas, impulsada por el cambio de Gobierno.
La administración del presidente Gustavo Petro ha sido enfática en la necesidad de transformar la regulación, específicamente de la hoja de coca y sus derivados, y cambiar el enfoque de una guerra que le ha costado al país económicamente millones de dólares a partir de la criminalización, y con un costo social derivado en aumento de violencia en zonas de cultivo y producción de la misma.
¿Qué tan eficiente es la inversión en la guerra contra las drogas en cifras?
De acuerdo con el informe de las Naciones Unidas, en el 2020 la producción de cocaína alcanzó récords históricos. Según el Informe Mundial sobre Drogas 2022, 1,5 millones de personas consumieron cocaína en 2020, es decir, el 0,4 % de la población mundial entre 15 y 64 años.
La producción global subió en 2020 un 11 % respecto al récord del año anterior, llegando a las 1.982 toneladas. Aunque la pandemia frenó en gran medida el aumento del consumo, la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito alertó sobre un posible repunte en el consumo mundial de cocaína al finalizar los confinamientos.
Este documento, además, señala que Colombia tuvo una caída de las hectáreas cultivas del 7%, sin embargo, continúa siendo el país con más plantaciones de coca en el mundo con una proporción del 61% en total.
Con respecto a la erradicación forzosa de los cultivos, la ONU advierte que, aunque inicialmente esta estrategia registra una disminución de producción, posteriormente tiene un efecto contrario y se puede evidenciar un aumento en la expansión de cultivos en estas mismas zonas.
NoticiasRCN.com habló con Iván Marulanda excongresista y partidario de la despenalización de la hoja de Coca.
¿Legalización o regulación?
Para el exsenador el tema de legalización realmente no es pertinente. Se habla es de regulación. La diferencia está en que la libertad implica que cualquier actor económico en el mercado puede entrar en el negocio y eso no es.
Es una participación del grupo atado para controlar ciertos aspectos de la cadena productiva y garantizar un control sobre este problema, que está en manos de organizaciones crimínales que tienen un negocio bien montado y están doblegando al Estado.
Colombia es la productora de cerca del 90% de la cocaína que se distribuye en el mundo. Entonces el agobio de este problema no puede dejarse en manos de las organizaciones criminales. La persecución por parte de la ley a estas estructuras ya fracasó.
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¿Cómo podría abordarlo el Gobierno?
Yo presenté un proyecto de ley y pasó con 15 votos a favor y 5 en contra. Petro fue uno de los que estuvo a favor con un discurso brillante. Fue propicio y auspicioso. Ese proyecto plantea una solución, obvio habrá que discutir su contenido, porque en los temas jurídicos y políticos siempre habrá detalles para mejorar, afirmó el Senador.
La que la base está ahí. El estado interviene en dos aspectos a fondo, compra toda la hoja de coca que se produce en Colombia, naturaliza a todos los campesinos que están produciendo, suscritos a cartilla que ya se hizo, con las hectáreas que estaban ahí ya en ese estudio, todo para elevar las condiciones de más de 200 mil familias de campesinos colombianos.
¿Qué hace con esa hoja de coca? Hay industrias muy importantes que se pueden desarrollar con esa hoja de coca, que no tienen ninguna limitación sanitaria ni jurídica, por ejemplo, la producción de alimentos, cosméticos, bebidas, de abonos.
¿Y la regulación de la Cocaína?
“Unilateralmente regular la cocaína es prácticamente imposible”.
Desde otro punto de vista, Daniel Mejía, profesor de la facultad de economía de la Universidad de los Andes, le dijo a Noticias RCN que lograr este objetivo sin un apoyo internacional no es el camino.
No solo por los compromisos diplomáticos que tiene Colombia, las convenciones a las que pertenece el país podrían denunciar un incumplimiento en los pactos firmados, tal como pasó con Bolivia cuando quiso legalizar la hoja de coca.
En la práctica, legalizar la cocaína como producto final sin un acuerdo en bloque con otros países de la región o incluso con Estados Unidos es muy difícil, porque el control de precios, regulación de producción, impuestos, etc., sería muy complicado.
Una posición que difiere con el exsenador Marulanda, quien afirma que, esta es una política que está perfectamente avalada con la Carta Universal de los Derechos Humanos, "estamos salvaguardando derechos, el derecho a la salud, el derecho a la vida, el derecho a la democracia. Acá estamos propiciando los derechos a la libertad".
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¿Hacia dónde podría avanzar Colombia en materia?
“Aunque es el camino correcto, antes de llegar a ese paso hay que subir unos escalones primordiales”, asegura Mejía.
De acuerdo con el economista, Colombia debería buscar un acuerdo primero regional y luego con Estados Unidos de unos mínimos de regulación sobre productos derivados de la hoja de Coca, pero todavía no del producto final de cocaína.
“Porque si aún estamos en problemas y tenemos muchos interrogantes con el uso de la marihuana medicinal, más aún con esta droga que es mucho más fuerte y tiene unos efectos psicoactivos mucho más pronunciados”.
El primer reto al que le debe apuntar el gobierno es el de la desestigmatización y las estrategias que permitan dejar de atacar al eslabón más pequeño, que son los campesinos. Ellos no son los que obtienen las grandes rentas, producto del narcotráfico, para reasignar esos recursos a combatir las verdaderas rentas que reciben los grupos criminales, producto del narcotráfico, que son quienes controlan los laboratorios, el tráfico de precursores químicos, la exportación del producto finalizado. Ese sería el cambio viable y más efectivo para Colombia.
¿Se puede cambiar la estigmatización por una política de salud pública?
Portugal es, sin duda, un país líder en la regulación de las drogas, desde el 2001 despenalizó la posesión para uso personal de todas las drogas, y ha obtenido resultados favorables en distintas áreas, como la disminución de muertes relacionadas con drogas y una reducción en el contagio de infecciones por VIH y, lo más importante, no obtuvo los temidos índices de aumento en el consumo por la regulación.
Sin embargo, estas mejoras no se deben únicamente a la despenalización, Portugal hizo un trabajo complementario y encaminado hacia políticas públicas de salud.
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“Sería efectivo, pero hay que decirlo, Colombia está en pañales en política de prevención, reducción de daños, tratamiento de consumo problemático”.
En Colombia hay mucho espacio para hacer cosas, pero se necesita una voluntad del gobierno para impulsar la salud como un pilar importante de acompañamiento al amplio tema de las drogas.