Análisis: ¿qué podría haber detrás de la ausencia de Colombia en la votación de la OEA?

La controversial ausencia de Colombia en la reunión de la OEA el pasado 12 de agosto, en una sesión que contemplaba en su agenda condenar las violaciones de derechos humanos por parte del gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, desató la polémica al conocerse que se trató de una orden de Cancillería.

A menos de un mes de la posesión del presidente Gustavo Petro, han sido muchos los puntos clave del cambio de enfoque que tiene el actual Gobierno de Colombia, sin embargo, este podría ser uno de los más cuestionados.

Aunque la no participación de Colombia no se traduce directamente en un apoyo hacia el régimen de Daniel Ortega, sí ha dado algunas luces de la intención desde la administración de Petro sobre lograr algún acercamiento con el país centroamericano.

Al respecto, NoticiasRCN.com habló con Rafael Piñeros, profesor de relaciones internacionales de la Universidad del Externado de Colombia, especializado en política exterior y en relaciones de América Latina y Estados Unidos, para analizar las implicaciones internacionales de esta posición.

¿Cómo interpreta la ausencia de Colombia en la OEA específicamente en dicha sesión?

Sin duda que con las decisiones del Gobierno hay un interés particular por modificar el enfoque que Colombia ha tenido hacia Nicaragua en los últimos años. No sabemos la profundidad de ese cambio, lo que sí se percibe es que quieren darle una nota distinta a la relación bilateral y, en este caso, en el ámbito multilateral, a la manera a la que Colombia ve esa situación.

El problema de ese cambio de enfoque es que Colombia también se puede ver afectada en la medida en la que se sitúa con una ausencia que da a entender que un régimen como el de Nicaragua no debería recibir algún tipo de sanción.

El ausentarse en un foro como el de la OEA o no haber participado en la votación, no es un buen termómetro para este Gobierno en materia de lo que ve sobre los derechos humanos.

¿Se verá afectada la imagen de Gustavo Petro?

Tratándolo de ver tan solo como la no participación de representante del país ante la OEA, porque no se había posesionado, puede ser válido hasta cierto punto, pero se conoció que el canciller Álvaro Leyva ya estaba enterado de la situación, por lo tanto, sí genera una duda, y hay que ver cómo se sigue desarrollando el tema de los Derechos Humanos.

Queda un sinsabor de que el gobierno de la vida, en el que supuestamente se iba a hacer un trabajo importante en los Derechos Humanos, no haya sido lo suficientemente claro y vehemente de condenar lo que pasa en Nicaragua, a partir de no participar en el debate que se estaba llevando a cabo.

¿Podría haber sanciones por parte de la OEA a Colombia?

No, no pasa nada. Los estados pueden estar ausentes o ir y abstenerse de votar. En ese sentido, no puede haber ningún tipo de sanción de la Organización de los Estados Americanos.

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¿Podría afectar las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Colombia?

Por una situación como esta, no creo que se vaya a ver afectada considerablemente la relación. Ahora bien, estamos en un tiempo de testeo y reconocimiento de la relación, un periodo en el cual se están acomodando las posturas.

Sin embargo, este tipo de comportamientos sí podría tener, eventualmente, alguna consecuencia, pero no inmediata. Hay que tener en cuenta que en este corto tiempo que se lleva del gobierno de Gustavo Petro, se ha visto que se quiere tener una buena relación con Estados Unidos. Así que no creo que se genere ningún tipo de consecuencia.

¿Colombia busca un acuerdo marítimo de una vez por todas?

Podría estar relacionado, pero es claro que hay que ver cuál es el enfoque que se le quiere dar a esta relación. Es claro que el gobierno anterior no fue capaz de firmar un acuerdo limítrofe con Nicaragua, pero habrá que ver cuál es el enfoque que le quieren dar ahora.

Solo llevamos 20 días de comenzar el gobierno de Petro, pero sí se ha visto un cambio de 180 grados de la manera en que Colombia ha visto el tema de los Derechos Humanos y a Nicaragua. Hay que seguir viendo los movimientos de la Cancillería y ver si se puede firmar un tratado limítrofe.

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Además del conflicto marítimo, ¿qué otros beneficios pueden haber en un restablecimiento de relaciones diplomáticas con este país?

Hay que alejarnos de relaciones buenas y malas. Hay que tener relaciones, porque no las teníamos.

En caso de llegar a firmar un tratado, no quiere decir que se tengan buenas relaciones. Sigue siendo un escenario muy flácido, muy aceitoso y no es claro.

Tampoco ha habido una declaración de apoyo a Nicaragua, solo se ausentó de esta votación de la OEA. Sí sería peligroso que esta administración quiera tener unas relaciones estrechas con Nicaragua, pero por el momento nos ausentamos de una votación y estamos tratando de negociar. Con Nicaragua debemos solucionar un problema que aún no tenemos resuelto.

¿Puede ser este un mensaje para un fortalecimiento de la izquierda Latinoamérica?

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La negociación hay que llevarla de manera bilateral entre Colombia y Nicaragua. Obviamente creo que, en Colombia, tal vez algunas relaciones diplomáticas se han movido para hacerle entender a Nicaragua de la importancia de un tratado limítrofe, pero verlo como un movimiento de la izquierda no debería ser.