Chile rechaza propuesta de nueva Constitución y se queda con la impuesta por la dictadura de Pinochet
Es la segunda vez en 15 meses que los chilenos rechazan un texto alternativo a la Carta Magna que rige en su país.
AFP
06:27 p. m.
Los chilenos rechazaron este domingo en un plebiscito la propuesta de Constitución redactada por un consejo dominado por la ultraderecha, con lo que seguirá vigente la Carta Magna impuesta por la dictadura de Augusto Pinochet.
Con casi un 80% de las mesas escrutadas, la opción "en contra" se impuso por un 55,54% de los votos, mientras que el "a favor" consiguió un 44,55%, de acuerdo al Servicio Electoral (Servel).
Por segunda vez en dos años, los chilenos rechazaron en las urnas una propuesta para reemplazar la Constitución vigente de la dictadura (1973-1990), reformada varias veces en democracia.
En septiembre de 2022, un 62% de los chilenos reprobaron el proyecto de Constitución elaborado por una Asamblea Constituyente dominada por la izquierda, que proponía un texto con transformaciones profundas con el apoyo del gobierno de Gabriel Boric.
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Con esta decisión, Chile se puso en el centro al rechazar las propuestas de los extremos, la última de ellas elaborada por un consejo dominado por el Partido Republicano, y que era todavía más conservador que la Carta Magna heredada de la dictadura.
Entre otros artículos presentados esta vez estaba la limitación del rol del Estado en la economía de mercado y se abría la puerta para revisar el derecho al aborto en tres causales (violación, inviabilidad del feto y riesgo para la madre).
La propuesta de la ultraderecha también endurecía el trato a los migrantes con la expulsión "en el menor tiempo posible" de quienes estuvieran en situación irregular.
¿El punto final a los esfuerzos de una constituyente?
Chile se sumió hace cuatro años en un proceso para cambiar su Constitución tras las masivas protestas sociales que estallaron en octubre de 2019 para exigir una mayor igualdad social.
El gobierno y los partidos políticos han asegurado que aquí termina por ahora la fase constitucional.
La votación se realizó sin mayores inconvenientes, pero lejos de la efervescencia con la que se inició el proceso hace cuatro años, por el hartazgo de la población frente a dos procesos en que la clase política no pudo ponerse de acuerdo en un texto que generara mayoría.
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El aumento de los delitos violentos -que los chilenos asocian a la llegada de migrantes extranjeros, en su mayoritaria venezolanos- y una economía que no despega tras un fuerte ajuste destinado a contener la inflación, concentran ahora la atención de la población.
Cuatro años después de salir a las calles para reclamar mayor justicia social, los habitantes ahora quieren más policías, orden y seguridad.
Aunque reformada varias veces en democracia, el cambio de la Constitución de Pinochet era una vieja aspiración de la izquierda chilena, que apunta a su origen ilegítimo y la escasa protección que establece de derechos sociales como salud, vivienda, pensiones y educación.
Pero frente a una propuesta todavía más conservadora, los partidos de la izquierda chilena llamaron a votar "en contra".