¿Es justa la condena de Nelson Velásquez por el uso de canciones de "Los Inquietos"?
El cantante de vallenato Nelson Velásquez, conocido por su trayectoria con "Los Inquietos", fue sentenciado a cuatro años de prisión por la interpretación no autorizada de canciones del grupo.
Noticias RCN
02:29 p. m.
Nelson Velásquez, una de las voces más reconocidas del vallenato, fue protagonista de un fallo judicial que ha generado controversia en el ámbito musical y legal.
Velásquez, quien formó parte de "Los Inquietos", agrupación que cosechó un gran éxito en la década de los 90 y principios de los 2000, fue condenado a cuatro años de prisión por violar derechos de autor.
Según la sentencia, entre los años 2006 y 2018, el cantante interpretó en sus presentaciones canciones del grupo sin la autorización de los propietarios de los derechos.
El grupo "Los Inquietos", que se disolvió tras la salida de Velásquez, ha mantenido la propiedad de las canciones a través de LG Music Ltda., la empresa que representa los intereses legales de los fundadores restantes.
Sin embargo, la disputa comenzó cuando LG Music Ltda. acusó a Velásquez de lucrar con el repertorio del grupo, a pesar de no tener los derechos correspondientes.
¿Por qué fue condenado a cuatro años de prisión Nelson Velásquez?
La condena de 48 meses impuesta a Nelson Velásquez ha dividido a la opinión pública y ha levantado múltiples interrogantes sobre la justicia de la decisión.
El fallo judicial, emitido por un juez de primera instancia, concluyó que él había cometido una infracción penal al interpretar sin permiso temas emblemáticos de "Los Inquietos", a pesar de que había sido parte fundamental del éxito de dichas canciones durante su tiempo en el grupo.
Uno de los argumentos centrales de la defensa de Velásquez fue que, como intérprete original de los temas, él mismo había contribuido a su popularidad y, por tanto, consideraba tener cierto derecho moral sobre ellos.
Aun así, el juez desestimó este argumento, señalando que los derechos legales pertenecen exclusivamente a los titulares registrados, en este caso, LG Music Ltda.
Además, el fallo judicial estableció que, al ser la voz principal de los éxitos del grupo, atraía a empresarios y audiencias que deseaban revivir los momentos dorados de "Los Inquietos”, lo que habría generado un beneficio económico que, según la fiscalía, constituía una competencia desleal y una infracción directa a los derechos de autor.
¿Es justa la condena de cuatro años a Nelson Velásquez por uso de canciones de "Los Inquietos"?
La sentencia, sin embargo, ha sido criticada por diversos juristas, quienes consideran que la pena de prisión es excesiva y que el conflicto debería haberse resuelto en el ámbito civil, donde predominan las sanciones económicas en lugar de las penales.
Andrés Caballero, un abogado penalista con amplia experiencia en casos de propiedad intelectual, calificó el fallo como "injusto" y "equivocado".
Este tipo de disputas sobre derechos de autor, especialmente cuando involucran a exintegrantes de un grupo musical, suelen derivar en demandas civiles, donde se buscan reparaciones económicas, no penas privativas de libertad.
Según su análisis, la condena a Velásquez establece un precedente preocupante al criminalizar lo que debería ser un conflicto de carácter civil.
Otro abogado penalista, Sócrates Saavedra, expresó su desacuerdo con el fallo al considerar que solo los compositores de las canciones, y no los representantes legales, tendrían la autoridad para prohibir que Velásquez interpretara los temas en sus conciertos.
El derecho de autor protege a los creadores, y en este caso, quienes aparecen como víctimas del proceso no son los autores de las canciones, sino los representantes legales de la marca, lo cual es una distorsión de la verdadera naturaleza del derecho de autor.
Por su parte, Francisco Bernate, también abogado penalista, defendió la sentencia y subrayó la importancia de enviar un mensaje claro sobre el respeto a los derechos de los creadores.
La música es una obra de arte que debe ser protegida. Este fallo sirve como un recordatorio de que los derechos de autor son sagrados y deben ser respetados.
Aunque la condena de prisión no implicará el encarcelamiento inmediato, el cantante deberá firmar un acta de compromiso y conducta en lugar de cumplir la pena en una celda.