¿Quién es Jennifer Arias, la nueva presidenta de la Cámara de Representantes?
La representante por el departamento del Meta fue postulada por unanimidad, y con respaldo del alto Gobierno para dirigir la Cámara en esta nueva legislatura.
Noticias RCN
03:21 p. m.
Nacida en Nueva York en enero de 1987, Jennifer Arias, de 34 años de edad, y actualmente representante a la Cámara por el departamento del Meta, es una de las congresistas más jóvenes de la actual legislatura, y será la encargada de dirigir la última legislatura del actual cuatrienio en la corporación, luego de los consensos internos en su partido: el Centro Democrático.
Arias, ingeniera industrial titulada de la Universidad de los Andes, con maestría en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Externado de Colombia, llegó a la política de la mano del Centro Democrático, partido político a través del cual aspiró a la Alcaldía de Villavicencio en 2015, y con el que posteriormente se eligió como congresista en 2018.
Ahora, gracias al consenso interno de su partido, y a los pactos que señalan que la última presidencia de la Cámara en el actual periodo corresponderá al Centro Democrático, se convertirá en la tercera mujer que ocupe la presidencia de la Cámara de Representantes, y la más joven en conseguirlo.
La también ex señorita Meta en el Reinado Nacional de la Belleza en 2007, contó con el respaldo del expresidente Uribe para su nominación, así como el del actual ministro del Interior, Daniel Palacios, lo que llevó a que se erigiera internamente como la candidata única a postular por parte del partido para ocupar el cargo que también le designará como vicepresidente del Congreso.
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Aunque para muchos su carrera política ha sido corta y poco mediática, la nueva presidenta de la Cámara de Representantes, en los 3 años que lleva en el Congreso, logró que le fuera aprobado un proyecto de su autoría con el que se propende por mejores condiciones de acceso a los servicios financieros para madres cabezas de familia.
Arias también ha sido víctima de la violencia, pues debido a los negocios ganaderos de su familia, y a la situación de orden público que caracterizó al país a finales del siglo pasado, debió exiliarse fuera de Colombia, volviendo durante la presidencia de Álvaro Uribe, uno de sus padrinos políticos, y quien funge como líder natural del Centro Democrático.
De extracción conservadora, donde participó de procesos como la precandidatura de Andrés Felipe Arias, y apoyó la elección de Juan Manuel Santos en su primera presidencia, Arias es considerada una miembro fundadora del Centro Democrático; partido del cual fue coordinadora para el departamento del Meta en las primeras elecciones legislativas en las que participó esa colectividad en 2013.
En 2017, tras haberse ‘quemado’ en las elecciones a la Alcaldía de Villavicencio y haber pasado por un órgano de control, se desempeñó como gerente de la empresa Aguas de Bogotá, para posteriormente comenzar su camino político en las elecciones legislativas de 2018.
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La elección de Arias puede ser considerada como un movimiento clave para el Gobierno Duque en su último año de mandato, de cara a la necesidad de una aliada para su ‘año de remate’, en el que buscará la aprobación de una serie de proyectos clave; incluida la reforma tributaria y la reforma a la Policía.
En sus primeros 3 años como congresista, la representante a la Cámara estuvo vinculada como parte de la comisión séptima, referida a los temas de salud, y que, debido a la actual coyuntura, ha jugado un papel importante en el país.
Sin embargo, su elección también ha estado rodeada por un tinte de polémica, pues dentro de su familia hay algunas personas cuestionadas por presuntos actos delictivos; uno de ellos es precisamente su padre, Luis Eduardo Arias, empresario, quien ocupa un alto cargo en el Comité de Ganaderos del departamento del Meta, institución en la que desde hace 13 años se desempeña como presidente.
El padre de la hoy nueva presidente de la Cámara de Representantes estuvo condenado a 40 años de prisión en 1993 tras encontrársele culpable del delito de homicidio.
A su vez, la presidenta es tildada de inexperta, dado su corto recorrido político, y al haber llegado al Congreso respaldada por un bajo número de votos; una elección que muchos han referido más al partido político que a la popularidad de la congresista.