Multa por quemar muñecos de Año Viejo: lo que debe saber antes de seguir la tradición
Quemar muñecos de Año Viejo es una tradición llena de significado en Colombia, pero también puede traer multas económicas.
Noticias RCN
12:46 p. m.
En Colombia, la quema de muñecos de Año Viejo es una tradición cargada de simbolismo que marca el cierre del año. Sin embargo, esta práctica puede tener consecuencias legales que muchos desconocen.
Según el Código Nacional de Policía, encender fuego a estas figuras en espacios públicos puede conllevar multas económicas significativas.
La normativa busca garantizar la seguridad de las personas y evitar accidentes, especialmente en eventos donde, además de los muñecos, se emplean materiales inflamables o pólvora, aumentando el riesgo de incidentes.
¿Cuánto cuesta la multa por quemar muñecos de año viejo?
De acuerdo con los artículos 29 y 30 del Código de Policía, prender fuego a muñecos de Año Viejo en zonas públicas puede ser sancionado con una multa tipo 4, que equivale a $1.386.666. Esto aplica especialmente cuando se pone en peligro la vida o la integridad de otras personas.
Adicionalmente, el uso de pólvora en estas actividades está regulado estrictamente. Solo las alcaldías pueden autorizar espectáculos pirotécnicos, previa revisión de los Bomberos y la Policía, quienes verifican las condiciones de seguridad.
Ignorar estas disposiciones no solo implica sanciones económicas, sino también el riesgo de enfrentar cargos penales en caso de lesiones o daños graves.
¿Por qué se regula la quema de muñecos de año viejo?
Aunque esta tradición representa la despedida de las cargas negativas del año, su realización sin medidas de seguridad puede ser peligrosa.
Muchas veces, las personas combinan esta práctica con el consumo de alcohol, lo que aumenta el riesgo de accidentes. Además, los muñecos a menudo contienen materiales inflamables o contaminantes, que pueden causar incendios o daños al medio ambiente.
Por ello, las autoridades hacen un llamado a realizar esta actividad de manera responsable, en espacios privados y bajo estrictas medidas de seguridad. Así, es posible mantener viva la tradición sin poner en riesgo la seguridad ni el bienestar de los demás.