Las ideas de Gustavo…"el sorprendido"
No es un secreto que el gobierno de Gustavo y sus formas pasan por el peor momento de su propia historia.
07:30 a. m.
Tiene que ser muy complicado vivir con los inquietantes delirios de un gobernante que al parecer desconfía hasta de su propia sombra. Gustavo, más conocido como el 'rey de las fake news', el hombre al que su propio hermano le socializó públicamente un lamentable síndrome, del cual no pretendemos hablar acá, ni sacarle provecho editorial alguno.
El hombre que en su propia cuenta de X postea una foto y luego sale a decir que se la manipularon, el que se sienta en su propia mesa directiva a cuestionar a su entorno; Petro, el hombre que en 3 años ha hablado cerca de 27 veces de un golpe de Estado que nadie le ha dado, el que denuncia interferencias en las comunicaciones que él mismo maneja, un tipo al que nunca le cuadran las fotos, las cantidades, las fechas; un dirigente cuyas ideas confusas se tornan más complejas en medio de la insuficiencia de su ortografía y su evidente incapacidad para darle hilaridad a una idea.
Que peligro cuando todas estas falencias comunicacionales y delirios se mezclan con el aumento burocrático más alto de la historia de Colombia, y un gasto público sin precedentes, calculado solamente en 59,9 billones al año en la creación de 31 mil nuevos cargos que ni le han servido para levantar ese 21% de favorabilidad que tiene.
No es un secreto que el gobierno de Gustavo y sus formas pasan por el peor momento de su propia historia. De los 4 millones de personas que esperaron para las marchas a favor de su reforma laboral, sólo les salieron cerca de 1 millón, entre los que estaban algunas comunidades indígenas con las que firmaron un contrato 4 días antes de su manifestación; los contratistas del estado, varios citados vía correo electrónico; y estudiantes de colegio, muchos de los cuales no sabían que estaban siendo utilizados como un pixel en una foto de la campaña que ellos mismos lanzaron ese día.
Este gobierno particularmente, que se vendió como un “cambio” que en tres meses iba a lograr la paz, que ofreció su propuesta programática como un norte social de derecho en el que todos cabíamos, hoy se reconoce no sólo acá sino en el mundo, por ser un espejismo calcado de los excesos de los inicios del socialismo en Cuba, en Nicaragua, en Argentina y en Venezuela.
Y es que no es una exageración, ni una trama sacada de alguna estrategia editorial opositora y satanizada por el mismo Gustavo y sus seguidores. Este gobierno que tuvo una oportunidad histórica por la cual habían luchado más de 30 años, se dilapidó en las más altas tasas de burocracia, clientelismo, corrupción, nepotismo, provocación y agitación de la historia de Colombia. Cifras tremendamente preocupantes que si fueran simplemente por una critica no serían escandalosas, pero infortunadamente mientras todos lo documentamos se sacrifican vidas de colombianos que parecen sólo importar en el momento de crear el slogan de una campaña.
En medio de los delirios, de los eufemismos, de las historias sacadas de la imaginación peligrosa de un gobernante y aplaudidas sin criterio por quienes pasan su cuenta de cobro, hay colombianos que día a día están muriendo abrazados por el slogan de la “potencia mundial de la vida”; una potencia que lamentablemente ve a su responsable como un tipo que no suelta su celular ni el lápiz mordisqueado, para, en vez de atender el desastre, dedicarse a denunciar a diestra y siniestra el auto-caos orquestado por sus propias fantasías.