Un doloroso autogol llamado petrismo
Sin meter las manos al fuego por ningún gobierno, este, particularmente ha llegado a unos límites patológicos de interminables escándalos.
09:39 a. m.
En el afán por provocar, por cuestionar todo, por llevarle la contraria a la lógica, por la agitación permanente y por la improvisación torpe, el petrismo ha roto los récords de sus propias denuncias cuando era oposición, y ahora monetizan la indignación de sus propios excesos sacando un permanente retrovisor que nada raro, ya también se haya perdido.
Sin emotividad, sin la visceralidad propia y característica del fanatismo, y sin meter las manos al fuego por ningún gobierno, éste, particularmente ha llegado a unos límites patológicos de interminables escándalos que van desde presuntos maltratos laborales, acosos, corrupción, drogadicción y procesos de rehabilitación inconclusos, hasta investigaciones por presuntas también, alianzas con narcotráfico y delincuencia en todos los niveles.
Hoy ya nada sorprende y mientras Benedetti asesora, Susana Boreal sesiona, y el pastor Saade se ofrece como alternativa de continuidad para implosionar del todo el cada vez más arrepentido petrismo, el país tiene que padecer adicionalmente el atraso significativo y propio que trae consigo el autogol del socialismo.
Ese mismo socialismo que engaña y confunde permanentemente a su cada vez más escasa audiencia. Que muestra fracasos como logros y que ondea banderas vergonzosas que no representan a nadie más que a su propia sed por moverse en el escenario belicoso donde mejor operan. Esos que dejan en suspenso si acompañan o no al dictador Maduro mientras reducen el presupuesto para la ciencia y para el deporte.
Esos que dicen que el país está en déficit mientras le pagan a influencers para que ataquen a la gente, a las empresas y a los medios, mientras pintan carrotanques con sus fotos, olvidados en la miseria de la inoperancia y el descaro. Esos que con sus alianzas secretas indultan a “gestores de paz” que apenas ayer eran criminales buscados.
Todo con base en la mentira, y la retahíla que ponen a sonar, despreciando el conocimiento y el criterio de su propia gente. Apelando a titulares sensacionalistas con cifras siempre inventadas, para encender las antorchas de sus propias formas con el sello propio del caos orquestado en el que terminan ofreciéndose como solución de algo que nunca saben cómo hacer porque simplemente se quedan en las fantasías de sus titulares.
Hablan de trenes aéreos y no saben ni escribir un trino, se indignan por alzas de 200 pesos a la gasolina pero pretenden enseñar y justificar su alza de más de 8 mil, ponen alcaldes tremendamente cuestionados que se inventan retahílas de corrupción, “hidruituango, hidruituango e hidruituango”… ¡no más ayer se le cayó esa otra mentira!
Dan cátedras de amor con investigaciones por maltrato, impulsan reformas laborales con denuncias de abuso, quieren ser potencia de alguna cosa mientras le quitan recursos a la educación, a la ciencia y al deporte; hablan de tolerancia mientras satanizan y atacan en bloque… todo así. Víctimas del resentimiento propio y en carne viva, que desaprovechó una oportunidad para poder hacer algo y prefirió convertirse en la gasolina pura que dilapidó su intento.