Los bosques, el pulmón ambiental que presenta bajos signos vitales

Hemos escuchado durante mucho tiempo que los bosques son los pulmones del planeta. Y como no, tienen la capacidad de capturar carbono atmosférico, retener la materia orgánica en sus suelos y absorberlo. De hecho, se ha reportado que nuestros páramos tienen la capacidad de capturar 1.000 toneladas de carbono por hectárea. Suena y se ve transcendental, pero en el papel, la realidad es que la humanidad y como sociedad hacemos todo lo contrario para preservarlo.

Precisamente, marzo es el mes escogido para celebrar el Día Internacional de los Bosques. Anualmente cada 21 de este mes se conmemora a estos protagonistas verdes. Los bosques suelen ser noticia normalmente, cabe recordar, que este año en Latinoamérica se han presentado grandes incendios forestales que nos han llevado a mirar fuerte esta problemática que nos compete a todos. Porque no solo se trata de los gobiernos locales, entidades gubernamentales y demás, incluye y bastante al ciudadano.

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Por lo general, los anuncios no son adelantadores cuando vemos este tipo de noticias, son arrasados por el fuego o la deforestación hace parte del suceso. Básicamente, está siendo, y para mal, parte del paisaje, es más común verlos desaparecer que apreciarlos cuando están sanos y llenos de vida.

Global Forest Watch (GFW) es una plataforma que proporciona datos y herramientas de punta, y así permite a cualquier persona acceder a información en tiempo real sobre cómo están cambiando los bosques del mundo. En su último relevamiento sobre incendios forestales confirmaron algo que ya se temía: los incendios se extienden cada vez más, quemando casi el doble de cobertura boscosa hoy que hace 20 años atrás.

Usando los datos de un estudio reciente de la Universidad de Maryland, GFW calculó que el fuego se llevó 3 millones más de hectáreas de cobertura arbórea por año comparado con 2001 -un área casi del tamaño de Bélgica- y es responsable de más de un cuarto de los bosques perdidos en los últimos 20 años.  

Desde Greenpeace queremos hacer bastante énfasis en la necesidad de no quedarse de brazos cruzados frente al desastre sino, por el contrario, poner en acción las herramientas que tenemos, y claro, proponer y ejecutar prácticas aún mejores para cuidar y recuperar las hectáreas dañadas.

Cada vez es más evidente la importancia de los bosques andinos, bosques secos tropicales, selvas amazónicas, los páramos y los espacios verdes en los entornos urbanos; porque ayudan a la regulación climática, a la provisión de aire, aseguran la diversidad de plantas y animales. Más evidente no puede ser que sean necesarios para controlar heladas, incendios y desastres naturales.

Recordemos que la mayoría de las personas vivimos en ciudades y la cantidad de espacio público verdes no es suficiente, es necesario actuar de manera urgente estableciendo acciones estratégicas para aumentar estos espacios por habitante y la capacidad de adaptación, mitigación y resiliencia frente a la crisis climática.

Y por supuesto, adaptar más espacios verdes a nuestras ciudades y cuidar de la conservación de los ya existentes. Así como tomar decisiones que minimicen las emisiones de CO2, consecuencia de toda la actividad humana. Estas decisiones pueden ser desde consumir productos locales y agroecológicos, hasta movilizarte en bici y dejar de consumir productos de plástico de un solo uso.

En nuestra vida post pandemia debe ser prioridad la revalorización de los bosques y sus respectivos servicios ecosistémicos porque esto le permitirá al gobierno mejorar la gestión ambiental y a las personas cuantificar los beneficios y costos asociados a las selvas, páramos, cerros y montañas. Así que debemos abogar por su conservación, cuidado, uso sostenible, fomentar la recreación basada en la naturaleza y protección de los parques naturales.

Somos conscientes que cualquier esfuerzo por la protección de nuestros bosques, selvas, páramos y cerros requiere los mayores trabajos colectivos, donde todos los problemas se enfrenten de manera integral. La creación de más reservas naturales, la plantación de especies nativas, el trabajo comunitario en pro de la conservación de estos ecosistemas es prioritario e importante.

Conservar y proteger su estructura ecológica de estos ecosistemas ayudará a aumentar los servicios ecosistémicos de las áreas verdes y al disfrute de todas las personas. La protección del medio ambiente, de los ecosistemas y de la naturaleza deben ser temas totalmente apolíticos. No olvidemos que es responsabilidad del estado y sus ciudadanos cuidar de los bosques y ecosistemas que lo rodean.