Redes sociales: problemas que generan en la salud mental de los jóvenes
Las redes sociales se han convertido en la “comida” diaria de los jóvenes, sin embargo, comer demasiado resulta dañino para la salud.
María Camila Patiño
07:00 p. m.
Las redes sociales como Facebook, Twitter, WhatsApp e Instagramhan demostrado ser los gigantes tecnológicos de la era con más impacto en la sociedad, pues la sociedad las consume a diario sin importar el contenido que se busque en ellas.
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Si bien, las redes sociales evolucionaron para cambiar la manera en la que los humanos se pueden comunicar y conectar con sucesos que pasan en el mundo y en la vida de las personas, también se han convertido en un arma de doble filo si no se les da el uso adecuado.
Internet al ser un mundo tan amplio y con demasiada información, esta misma puede ser utilizada en contra de las personas que usan a diario estos medios. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó en evidencia que más de 350 millones de personas sufren de depresión como efecto colateral del uso de las redes, sobre todo en los jóvenes.
Esta comprobado que los adolescentes entre 16 a 24 años son los que más usan estas aplicaciones, pues al estar conectados de manera continua se vuelven un blanco fácil para sufrir de algunos trastornos.
¿Por qué se da este fenómeno?
En entrevista con Noticias RCN, la psicóloga Kathy Olivo Moreno, de la Universidad Metropolitana de Bogotá, afirma que los plataformas sociales pueden provocar trastornos afectivos, específicamente ansiedad y depresión, que en el peor de los casos pueden desenvolver conductas suicidas, ya que la información que se maneja en estas aplicaciones es muy amplia y puede generar ciertos grados de tristeza en los jóvenes.
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Asimismo, la psicóloga Ingrith Iza Díaz, con especialización en Desarrollo Integral de la Infancia y la Adolescencia, afirma que los trastornos están asociados a la disminución de las habilidades sociales, ya que al estar la mayor parte del tiempo conectados, pierden la habilidad del trabajo en equipo, la socialización con los padres y pueden llegar a presentar disminución en el reconocimiento del entorno en el cual se están desarrollando.
Además, Kathy menciona que estas aplicaciones pueden desencadenar efectos negativos en los jóvenes que conllevan a alteraciones mentales. La psicóloga asegura que el tiempo que se está “en línea” influye en estos trastornos. “Todo en exceso o en defecto es malo”.
Por su parte, Iza Díaz mencionó que “los adolescentes por sus cortas edades son muy influenciables y esto los lleva a creer en todo lo que se dice de ellos (…) los adolescentes son muy propensos y muy proclives a creer que en un like es todo en sus vidas”. Este efecto influye en el desarrollo de los jóvenes teniendo en cuenta que estos medios de comunicación incentivan los comportamientos de aceptación que pueden desarrollar ansiedad y depresión en el momento en el que no los tengan.
Es decir, que "la felicidad de los jóvenes depende de las aplicaciones".
Por otro lado, Kathy explica que, a causa de la pandemia, muchas personas se han aislado de manera emocional y afectiva en las redes. “En este momento, la vida social a través de las redes, a través de la tecnología, se ha vuelto muy importante en los jóvenes, es como si fuera una realidad (…) muchas veces se logra cruzar esa línea muy delgada de lo que realmente es realidad y lo que realmente es ficción”. Este efecto hace que los jóvenes no tengan las habilidades de afrontar la información que reciben por medio de las aplicaciones.
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Con relación a los memes, la psicóloga Iza Díaz asegura que son un mecanismo de burla de situaciones que realmente pueden estar afectando a las demás personas. Los memes le quitan peso y seriedad a problemas cotidianoso realmente serios que ya no se toman con importancia al hacerlos un chiste.
Por ello, Ingrith aconseja a los jóvenes y a los padres de familia tratar en lo posible de utilizar las aplicaciones para lo que están diseñadas, no usarlas de manera inadecuada. Además, enfatiza en la importancia de hacer un ambiente familiar fuera del celular y fortalecer las relaciones sociales alejados del entorno tecnológico.