El lugar que vio nacer a Gabriel García Márquez y a Cien Años de Soledad
Según expertos, fue la casa de los abuelos y su familia, la que le dio vida al 70% de su escrito, Cien Años de Soledad.
Noticias RCN
05:31 p. m.
Aracataca fue el municipio en el que nació Gabriel García Márquez y donde también surgió Cien años de Soledad.
El Nobel de Colombia aprendió a leer y a escribir en el colegio Montessori y con su profesora de infancia, Rosa Helena.
Aunque fueron 8 años de una infancia inspiradora en toda Aracataca, fue la casa de los abuelos y su familia, la que según los expertos le dio vida al 70% de su escrito, Cien Años de Soledad.
Sin embargo, para muchos historiadores, el inicio del realismo mágico comenzó 200 metros al oriente de una vivienda ubicada cerca al colegio, dónde inicialmente, más que por aprender, al parecer Gabo fue atraído por Rosa Helena Fergunson, su hermosísima primera maestra.
“Esa mujer, cuando se me acercaba, me trastornaba porque yo no sabía si ir a la escuela por aprender o por qué estaba enamorado de mi maestra”, indicó Robinson Mulford Viloria, historiador de la obra de García.
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En medio de ese entusiasmo de su mente creadora, fue entre los 4 y 5 años cuando Gabo, mediante un método de sonidos e imágenes, aprendió a leer y a escribir.
“Fue ella quien aplicó el primer método de la escuela Montessori, que era ver imágenes y escribirlas”, agregó Mulford.
Ya con el conocimiento de las letras, un día, camino de su casa al colegio, encontró tirada en la calle la página de un libro y eso fue lo que le despertó el amor por la literatura.
“Ella le enseñó los fonemas, el sonido de la letra M y él captó eso porque había nacido para ser lo que fue”, aseguró el historiador.
El 21 de octubre de 1982, desde Estocolmo, Suecia, el premio nobel fue anunciado y el 10 de diciembre de ese año fue otorgado. Desde entonces, además de Macondo, Aracataca comenzó a mencionarse mundialmente.
Así lo confirmó Carlos Noche, amigo de la infancia de Gabo y quien aseguró que Cien Años de Soledad “está escrito como en ciento y pico de idiomas”.
Una vez Gabriel recibió el premio, la primera llamada de agradecimiento fue a su profesora y viajó hasta su tierra natal para compartir con sus paisanos.
Ahora, son turistas los que visitan la zona para, después de tantos años, ver con sus propios ojos cuáles fueron las cosas que inspiraron a Macondo.
“Por eso muchos de los amantes de literatura de García Márquez, cuando llegan a Aracataca, se sorprenden y se conectan”, añadió Ibeth Noriega, directora de Cultura de la Universidad del Magdalena.
Aracataca aún existe y es un lugar en el que todavía hay bananos. Aunque no existen árboles de Macondo, en muchas cosas y en su gente, aún se percibe el ambiente de lo que hace 40 años hizo posible un premio Nobel para Colombia.