“No se puede hablar de transición energética sin tener unos planes claros”, sector petrolero sobre reforma

Con la primera votación en el Congreso de la República sobre la ponencia de la reforma tributaria se dio el aval a la eliminación de 21 artículos de la propuesta inicial, entre ellos uno de los que más preocupaba a las empresas de hidrocarburos del país, y era la implementación de un impuesto adicional a las exportaciones de petróleo y carbón.

Este fue uno de los acuerdos que se logró en las últimas semanas como resultado de los encuentros y el diálogo entre el Gobierno Nacional y el sector económico, sin embargo, parece no ser suficiente para el gremio.

Al respecto, NoticiasRCN.com habló con Francisco Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana Petrolera, quien nos expuso las preocupaciones aún latentes de la reforma que podría tener efectos negativos en economía colombiana.

¿Qué opina el sector de la eliminación de impuesto adicional para las exportaciones del carbón y petróleo?

Lo primero que debemos entender es que la eliminación del impuesto a las exportaciones no fue un favor que le hizo el Gobierno a la industria, ese impuesto era antitécnico porque gravaba el ingreso y no la renta e iba en contravía de los tratados de libre comercio que Colombia ha suscrito con varios países.

Entonces, la decisión del Gobierno de no insistir en esto no debe entenderse como un favor.

En segundo lugar, sí nos causa enorme preocupación la carga fiscal que significa esta reforma porque la incrementa de un 65% a un 81%, lo cual pone a la industria en una situación poco competitiva a nivel regional al momento de atraer inversión y esto como resultado de la combinación de dos gravámenes: la sobretasa al impuesto de renta y la eliminación de la deducibilidad de las regalías en la base al impuesto de renta.

Se vuelve muy gravosa y pone en riesgo la sostenibilidad de la industria misma.

¿Cuáles son las mejoras que podría tener la reforma para cumplir los objetivos de recaudo y no afectar al sector?

El mejor negocio para Colombia es que a esta industria le vaya bien.

Un ejemplo claro de esto es que para el próximo año y sin que el Gobierno lo tuviese previsto, esta industria le va a aportar alrededor de 24 billones de pesos que no estaban en las cuentas del Gobierno, debido a los altos precios del petróleo el año pasado y este año especialmente.

Cuando se combina una reforma tributaria tan gravosa con la decisión de no suscribir nuevos contratos de exploración, el incentivo de las empresas para invertir en Colombia se reduce significativamente.

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La apuesta de marchitar la industria no la terminamos de entender y nos parece inconveniente para Colombia.

¿Cuáles son las peticiones del sector al Gobierno Nacional?

Nosotros consideramos que debe permitirse la deducibilidad de lo que las empresas pagan de regalías, porque no se tiene por qué pagar impuestos por algo de lo cual no se beneficia, eso va en contra de todas las normas y las prácticas de contable internacional.

Por otro lado, revisar esta sobretasa que propone actualmente la reforma, porque pasar de una sobretasa de renta del 35% al 45% no tiene ningún sentido, es absurdo.

¿Cómo pueden participar las compañías petroleras en la transición energética sin acabarlas?

Primero debemos entender a lo que nos referimos con transición energética, si por transición energética entendemos que Colombia avance hacia una matriz energética totalmente limpia, pues esto es un desafío que va a tomar unos 20 o 30 años, porque el primer paso es la transformación del parte automotor en Colombia.

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¿Qué tan real es que vamos a sustituir en 4 o 5 años los combustibles líquidos en Colombia?

Tenemos 17 millones de vehículos, de los cuales 10 millones son motos y al año ingresan casi 1 millón más, para el año 2050 se prevé que van a ser más de 50 millones de vehículos.

Entonces, la pregunta es si es realista y donde están las políticas para crear una transición energética en el consumo de combustibles líquidos porque no la estoy viendo.

No se puede hablar de transición energética sin tener unos planes claros y simplemente condenar al país a que dé un salto al vacío y a la vuelta de unos años terminemos siendo importadores de gas, importadores de petróleo.

Con lo que eso significa a la reducción de ingresos fiscales que deja de recibir la nación, en cuanto a menos regalías para las regiones, a un incremento en el precio de electricidad, del gas natural y de los combustibles en Colombia, eso no es responsable.