Amazonas, entre el covid y la minería: los "no contactados"
Los yuri-passé es una de las pocas comunidades indígenas que mantiene su aislamiento del resto del mundo. Viven ciento por ciento del bosque y sus recursos.
Noticias RCN
01:17 p. m.
Amanece en la Amazonía colombiana. En el corregimiento de La Pedrera, al que hemos llegado después de horas de viaje, los más pequeños aprovechan el río para el primer baño del día, mientras los adultos comienzan sus labores. Nuestro viaje continúa rumbo a ese lugar en el que las autoridades van en busca de mineros ilegales, pero donde viven desde hace décadas, los yuri-passé; esa comunidad indígena acechada por el coronavirus al que se ven expuestos por los “buscadores de tesoros” y la propia actividad de la minería y la extracción del oro que proviene esencialmente del otro lado de la frontera; del lado de Brasil.
Como lo hemos contado en¿Quiénes son los yuri-passé y por qué están en peligro?, se trata de pueblos indígenas en total aislamiento. Nunca han tenido contacto con otras personas diferentes a los suyos. Para sobrevivir, no necesitan energía eléctrica, no tienen cuentas bancarias, ni siquiera cédulas. Dependen ciento por ciento del bosque y sus recursos. Por su condición en aislamiento son vulnerables al contacto con el resto de nosotros.
En la zona no hay barcos a motor, ni lanchas rápidas; la única forma de llegar es a través de canoas artesanales. Se desembarca al otro lado del río. Después de media hora a pie, en medio de bosques tropicales, aparece en su esplendor y de manera inesperada una población: los yukuna. Nos reciben dos de sus líderes y nos cuentan que algunos gobernantes indígenas de la zona están reunidos en una maloka. Allí mambean, toman chicha y debaten sobre las problemáticas que los aquejan mientras que los niños y las mujeres esperan.
Los yukuna tradicionalmente ocupaban la cabecera del río Mirití, pero tras la llegada de los caucheros muchos se trasladaron al Caquetá. Quedan pocos y los que aún permanecen se cuidan de que no les pase lo mismo que a sus ancestros. Los intrusos no tienen cabida, ni con cámara ni mucho menos con uniforme.
Los líderes mayores cortan nuestro recorrido. Nos impiden quedarnos en su comunidad. De salida, camino al río, nos encontramos a Tobias Mucamiraña, de la étnia Tanimuca. Él, que conoce a la perfección cada secreto de la selva, explica que la expulsión no tiene que ver con medidas de bioseguridad durante el covid. Aunque el mundo busca la vacuna contra este virus, él asegura que desde que nacen están protegidos de este y otros males.
“Como me ve aquí sin tapabocas, pero realmente estoy protegido por los abuelos en el manejo entre hombre y naturaleza… el potencial que manejan nuestros abuelos nos conllevó a que el covid pasara muy leve porque ellos tienen el conocimiento de protección”, nos dice Tobías. Es la misma protección divina o mística de la que todos hablan en esta región del país. ¿Será que ese mismo blindaje lo tienen los yuri-passé"?, me pregunto.
Es dificil verlos. Casi imposible, me confirman otros indígenas yukuna. Son pocas las evidencias que confirman su existencia, salvo algunas fotografías en las quese observa que visten solo taparrabos, no se calzan y su único instrumento son las flechas.
Mientras en Bogotá se libra una batalla legal por su protección y declaración de comunidad protegida, en Amazonas la tala indiscriminada, los grupos al margen de la ley, los misioneros y la minería ilegal son una amenaza para "los nos contactados".
Aunque ellos creen en una protección divina, los científicos aseguran que, por no tener contacto con el mundo exterior, una pandemia como esta podría causar daños irreparables en su comunidad.
Es por eso que la unidad nacional contra la minería ilegal de la Policía emprendió el viaje al Parque Natural Nacional Río Puré. Es por eso, que del éxito de la operación depende, en parte, la vida los yuri-passé.
Diana Coronado - NoticiasRCN.com