Este dolor se irá, te lo prometo
Hay que soportar sin dejar de avanzar. ¡Así es como se gana! Si tú sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces.
07:56 p. m.
El 5 de diciembre de 2023 el corazón se me partió en pequeños pedacitos. Viví una separación después de cinco años de relación, en los que compartí un hogar, sueños y el futuro lo veía claro. Fue también la ruptura de la vida como la conocía; el 2024 fue un año de reconstrucción y reconocimiento, uno que vino acompañado de mucho dolor… lo volvería a vivir una y otra vez, porque fue un maestro asombroso. Ya sé, ya sé, es un cliché, pero si se ponen a pensar, cada que algo se vuelve así de redundante es porque millones de personas obtenemos un resultado similar. No te miento (lo sabes bien) si te digo que después de esta ruptura, de esta tusa tan berraca que tal vez estés viviendo, vas a salir agradecido.
Mientras tanto, mientras el dolor parece que no te quisiera dejar mover una pierna detrás de la otra, quiero contarte algunas de las cosas para las que saqué fuerza, en medio de todo el tedio, sobre todo, el de las primeras semanas que parece interminable:
El contacto cero es muy importante, pero es de lo más difícil, porque uno tiene aquí en la garganta un montón de cosas que quiere decirle. Para lograrlo, apóyate en una hoja y un lápiz, escríbele una carta, con nombre propio, hazle reclamos, pídele perdón, ruégale que vuelva, si quieres… mejor dicho, todo lo que tengas atorado. Se la lees en voz alta a la pared, o hasta a una foto. Además de ser muy liberador, es un ejercicio de pausa y conciencia que podemos hacer justo en ese minuto en que nos morimos de ganas por enviarle un nuevo mensaje.
Las afirmaciones positivas se vuelven recordatorios de que este dolor es pasajero; aunque justo ahora se sienta como el fin del mundo. No somos ni los primeros ni los últimos entusados y aunque aprendamos del sufrimiento en medio de esta experiencia, sirve recordarnos que también pasará. Yo tenía pegadas en mi espejo varias notas que leía a diario… mi favorita: Isa, este dolor se irá, te lo prometo.
Esta última es pura ciencia: coge sol. Yo sé que lo que uno más quiere es estar debajo de una piedra, pero unos diez minutos en la mañana y otros diez en el atardecer tienen un efecto directo en: nuestra calidad de sueño, que es lo que más se nos va; en la liberación de serotonina, la que llaman hormona del bienestar, que sí que la necesitamos; y al mismo tiempo, influye en la reducción de la del estrés, el cortisol, que con todo ese dolor la tenemos a tope.
Y este no es ningún consejo psicológico ni un ejercicio de mucha conciencia, aunque quizá sí de focus, pero hoy en día es una de las cosas que recuerdo con cariño y hasta risas de esos primeros días de “tragedia”: vi las seis películas de Rocky. Su famoso discurso me hizo llorar a cántaros, lo devolví hasta que sentí que depuraba junto al gran Sylvester Stallone:
“El mundo no es todo sol y arcoíris. Es un lugar terrible, y por muy duro que seas es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si no se lo impides. Ni tú, ni yo, ni nadie golpea más fuerte que la vida. Pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte. Y lo aguantas mientras avanzas, hay que soportar sin dejar de avanzar. ¡ASÍ ES COMO SE GANA! Si tú sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces. Pero tendrás que aguantar los golpes y no señalar a nadie diciendo que no eres lo que quieres ser por él o por ella o por nadie, eso es lo que hacen los cobardes y eso no eres tú, tú eres mejor que eso”.