¿Qué le pasa al cuerpo cuando se come rápido? Los graves efectos en la salud
Comer rápido no solo afecta la digestión, sino que puede tener repercusiones graves para la salud. ¿Qué dicen los expertos?

Noticias RCN
08:58 p. m.
En un mundo cada vez más acelerado, muchas personas optan por comer a toda prisa, sin ser conscientes de los riesgos que este hábito puede generar en su salud.
Diversas investigaciones han confirmado que ingerir alimentos rápidamente no solo afecta la digestión, sino que también puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
Un estudio publicado en la revista BMJ Open concluyó que comer rápido está asociado con un mayor riesgo de obesidad, resistencia a la insulina y síndrome metabólico.
La investigación, realizada en Japón con más de 1.000 personas, encontró que quienes comían con mayor rapidez presentaban niveles más altos de glucosa en sangre y mayores probabilidades de sobrepeso.
Según los investigadores, masticar poco y comer sin pausas interfiere en la correcta señalización entre el estómago y el cerebro, lo que impide que la persona se sienta satisfecha a tiempo y termine consumiendo más calorías de las necesarias.
¿Qué consecuencias digestivas tiene comer rápido?
Uno de los primeros sistemas afectados por esta práctica es el digestivo. Al masticar poco los alimentos, el estómago debe esforzarse más para procesarlos, lo que puede causar pesadez, gases, reflujo o incluso gastritis.
De acuerdo con la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), masticar correctamente ayuda a la producción de saliva y enzimas que inician la digestión, mientras que comer rápido favorece procesos inflamatorios y digestiones incompletas.
¿Comer rápido puede influir en la salud del corazón?
Sí. Investigadores de la Universidad de Hiroshima, en un estudio presentado en las sesiones científicas de la American Heart Association, encontraron que las personas que comen rápidamente tienen el doble de probabilidades de desarrollar síndrome metabólico, un conjunto de factores que incrementan el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2.
Este síndrome incluye hipertensión, altos niveles de azúcar en la sangre, exceso de grasa abdominal y niveles anormales de colesterol.
Ante este panorama, nutricionistas y médicos recomiendan dedicar al menos 20 minutos a cada comida, masticar lentamente y comer en un ambiente tranquilo, sin distracciones.
Incorporar estos cambios puede marcar la diferencia entre un hábito perjudicial y uno que proteja la salud a largo plazo.