Abogada declarada clínicamente muerta por covid vivió por un "milagro de Dios"
Jahel Jurado Rincón, una abogada de familia, permaneció 45 días en una Unidad de Cuidados Intensivos en Bogotá. Los médicos no veían posible su recuperación.
Noticias RCN
06:20 a. m.
Jahel, todavía con fuertes dolores en su cuerpo, con escaso cabello, tratando de recordar a su familia y empezando dar sus primeros pasos en su apartamento ubicado el centro de Bogotá, narró a Noticias RCN lo que vivió cuando el covid-19 la atrapó y por poco que le quita la vida.
"Tuve sueños bonitos, tenebrosos. Los médicos me declararon clínicamente muerta, pero hoy estoy con mi familia. Es un milagro de Dios”, relata.
En un sillón del centro de su sala, apoyada por su esposo Oswaldo Ortiz, también abogado y contagiado por la misma enfermedad, indicó que todo empezó el pasado 8 de noviembre cuando su empleada se servicio doméstico ingresó sin saber que estaba contagiada de coronavirus.
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"Tuve unos dolores fuertes, la memoria empezó a perder lucidez. (estuve) tres días con estos síntomas, lo que me obligó ir de urgencia al médico. Los pulmones me retumbaban y perdí la noción de tiempo. No me acuerdo más", manifestó la abogada.
Estuvo 45 días en estado grave, en una Unidad de Cuidados Intensivos. Afirma que durante ese tiempo solo tuvo algunos sueños esporádicos.
"Hubo sueños muy bonitos, pero, otros muy tenebrosos. No sé en qué parte del mundo estaba, en qué galaxia o si estaba caminado hacia la muerte".
Pero esto no es todo, la familia Ortiz Jurado, sufría una doble calamidad. La abogada internada en una UCI, su esposo papás y abuelos, contagiados.
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El estado de salud de Jahel se fue empeorando cada día más. Sus pulmones estaban a punto de reventar, el covid la atacaba y los médicos no tenían un buen presagio. Las horas eran clave para esta mujer que estaba a punto de morir.
La paciencia y la esperanza se habían perdido en el cuarto que estaba preparado con equipos tecnificados y conectados a un sinnúmero de mangueras. El respirador sostenía la vida de la paciente.
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Los médicos al ver deteriorada la salud de la abogada la declararon clínicamente muerta, pero una enfermera de origen venezolano que la atendía y siempre estuvo a su lado, insistió en que ella no podía morir, debía haber un milagro de Dios.
En medio de sus oraciones suplicaba y se aferraba a una Biblia que cargaba en uno de su bolsillo de su chaqueta blanca. Todo ocurrió como lo presagió la enfermera:
El día más difícil fue un martes. Muy oscuro y con fuertes lluvias en el norte de Bogotá. El día cambió y en la tarde ya las cosas también cambiaron en la vida de la paciente.
Su estado de salud empezó a reaccionar notablemente, las oraciones y la fe puesta por la familia Ortiz, tuvo una aliciente noticia.
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La recuperación fue un verdadero milagro y en pocos días, el asombro de los médicos fue notable.
Ahora, la mujer, con ayuda de su esposo se recupera. Está reconociendo a su familia, volvió a caminar y piensa regresar al litigio en los juzgados y tribunales.
Paco Morales - NoticiasRCN.com