Análisis: ¿Qué significan los nuevos nombramientos en el gobierno electo?

Danilo Rueda fue nombrado próximo comisionado para la Paz, días después de que Iván Velásquez fue designado al frente del Ministerio de Defensa. Para buena parte del país las designaciones no son necesariamente mensajes que lleven a la moderación. El mayor reto de ambos, quienes se han desempeñado en los sectores sociales y en la justicia, será alejarse de sus sesgos personales.

Danilo Rueda lleva una larga carrera en la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, trabajando en las regiones en una labor humanitaria de derechos humanos para acercarse a los grupos armados con el fin de generar las bases de posibles diálogos de paz. En el acuerdo de 2016 con las Farc tuvo un papel relevante a través de su organización y ahora tendrá a cargo una labor fundamental en la aproximación a los grupos armados de izquierda, y las bandas criminales que han enviado mensajes de querer un "cese al fuego contra las instituciones". 

Velásquez, quien hizo su carrera en las investigaciones de la parapolítica y el paramilitarismo como magistrado auxiliar de la Corte Suprema, tendrá a su cargo nada más y nada menos que la estructura de la inteligencia de las Fuerzas Militares y los alrededor de 500.000 hombres que componen la Armada, la Fuerza Aérea, El Ejército, la Policía y todas las demás estructuras militares del país. Además, tendrá que ponerse la camiseta de los soldados y policías para estar de su lado ante una ola de atentados y crímenes especialmente propiciados por los delincuentes del Clan del Golfo en el llamado paro armado. Durante 2022, 34 policías han sido asesinados en servicio y más de 20 por cuenta del Clan del Golfo que le respondía a 'Otoniel'.

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Tener a su mando la inteligencia de las Fuerzas Militares requiere absoluto respeto por la capacidad militar que debe ser usada únicamente para cumplir con las labores constitucionales de perseguir a quienes se convierten en un riesgo para la seguridad, la soberanía y la defensa. Ya hubo en el pasado grandes cuestionamientos por posibles irregularidades de los aparatos del Estado destinados a la investigación de delincuentes.

Ambos nombramientos han sido duramente cuestionados por el uribismo, que controla hoy el único partido de oposición al gobierno electo en el Senado y la Cámara. 

El tono de Rueda y Velásquez debe hacer la transición a Gobierno. En general, si los principales líderes del gobierno electo toman posiciones moderadas y entienden el paso de la oposición a la administración, podrán desarrollar mejor su programa en el que podría ser el proyecto más importante del próximo Gobierno, que es el de una "paz total", como lo han llamado los senadores Iván Cepeda y Roy Barreras. 

El reto también estará en separarse de las convicciones ideológicas lo necesario para poder garantizar reparación, verdad y mínimos de justicia a las victimas del ELN; y corregir los errores que se han presentado en la implementación del acuerdo con las Farc.

La carta de una docena de bloques de paramilitares es puntual. El ofrecimiento es el cese al fuego, como lo llamaron con interés de apariencia política, pero resaltando la intención de querer "beneficios de grupos armados anteriores". El debate alrededor del proyecto de conversaciones con los grupos ilegales, específicamente con el ELN, será de nuevo sobre si se tolera o no el narcotráfico como delito conexo a la rebelión, de lo que ya existe jurisprudencia en el país.

Rueda fue señalado por parte del expresidente Álvaro Uribe de buscar supuestamente a testigos falsos en la investigación contra su hermano Santiago por la presunta conformación de los '12 apóstoles', un grupo paramilitar de los años 80 y 90 en Antioquia. Su nombre también fue resaltado por involucrarse en la Comisión del Congreso que buscó paramilitares condenados en Estados Unidos como 'Mancuso' y el 'Tuso' Sierra, en la que participaron Rodrigo Lara, Piedad Córdoba e Iván Cepeda.

"Ofrecieron asilo a mi familia en Suiza y Francia si yo hablaba contra Uribe. También estaba al frente de eso una ONG, un tal Danilo Rueda", dijo Sierra a la Revista Semana señalando que el hoy designado comisionado habría obtenido también el permiso en Estados Unidos para hablar con Sierra sobre sus relaciones con el paramilitarismo y las supuestas conexiones no probadas con Uribe. 

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La visita a la Picota

Durante la campaña, Rueda visitó la cárcel La Picota junto al hermano del presidente electo en una reunión en la que participó alias el Gordo García, responsable de la masacre de Macayepo, y otros connotados paramilitares que comandaron bloques en su época criminal. 

Tras la confirmación de la visita hubo un escándalo y una exigencia de respuestas por la reunión en medio de la contienda electoral. Algunos sugirieron que los jefes paras aún tendrían control territorial en varias zonas desde prisión. Rueda y Petro, el hermano, respondieron que la visita había sido por una solicitud de los reclusos y en el marco de una labor rutinaria de derechos humanos. Semanas después de la segunda vuelta, Gustavo Petro nombró a Rueda, quien deberá continuar esos acercamientos para evaluar el desmantelamiento de los grupos armados, pero ahora como política pública y no como acción independiente de una ONG. Eso necesita un manejo completamente diferente y requiere responsabilidad y prudencia. 

Velásquez, por su parte, ha dicho que el gobierno y los cargos no serán para la venganza, pero tampoco para "proteger impunidades". Es necesario recordar que el rol de un ministro de Defensa no tiene que ver con investigaciones judiciales o los procesos ante las cortes y los tribunales, sino con el direccionamiento estratégico de los recursos militares para la protección del país, mucho más con un crecimiento de los grupos armados ilegales en la frontera y las amenazas internas y externas. El jefe de la cartera de Defensa debe enfocarse en esos aspectos, las investigaciones judiciales las tendrán las cortes con independencia del ejecutivo y la política pública sobre justicia la liderará quien sea designado ministro o ministra de Justicia.

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Hasta ahora los nombres más controversiales del gabinete Petro son los de Rueda, Velásquez y la ministra de Salud, Carolina Corcho. A los tres se les medirá por resultados y por la capacidad de consenso que convoquen alrededor del programa de gobierno del presidente electo.