Iglesia pide al gobierno atender las comunidades confinadas en Chocó por paro armado
Monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Quibdó, habló en A Lo que Vinimos de cómo está la situación en Chocó.
Noticias RCN
02:12 p. m.
Son cerca de 50.000 personas en Chocó las que se encuentran confinadas en sus hogares tras el anuncio del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de que iniciaron un paro armado desde el 11 de agosto debido a, según la guerrilla, enfrentamientos con el Clan del Golfo en el departamento.
Debido a esto, y según el secretario del Interior del departamento, la población en los municipios de Istmina, Litoral del San Juan, Medio San Juan, Nóvita y Sipí han tenido que detener totalmente las actividades básicas como el comercio, el transporte e incluso la educativa.
Respecto a la situación el monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Quibdó, habló en A lo Que Vinimos de Noticias RCN:
¿Qué reporte tiene la iglesia de esta crisis tan delicada de desplazamiento y confinamiento en estas regiones?
Es una situación cada vez más alarmante e inhumana. Estas comunidades del Medio San Juan, de Nóvita, de Sipí, vienen sufriendo desde hace mucho tiempo y ahora nuevamente, desde el domingo, ancianos sin medicina, niños sin poder desplazarse a su estudio.
Estas pobres comunidades viven totalmente abandonadas, allí están los párrocos también confinados pero acompañando a sus comunidades.
Desde la comunidad religiosa se está haciendo una llamado para que los colombianos ayudemos al departamento del Chocó, ¿cómo podemos hacerlo?
Yo me permito, nuevamente, pedirle al pueblo de Colombia: por favor, ayúdenos para ayudar a través de la pastoral social de la diócesis de Istmina, Tadó o de Quibdó, encausamos estas ayudas urgentes.
Al Estado le corresponde, al Gobierno Departamental, gobiernos municipales, pero nosotros queremos hacerlo.
El ELN es el responsable de esta crisis en esta región y está en una mesa de diálogo con este gobierno, ¿usted cree que esta guerrilla tiene una voluntad de paz?
Yo no me adentro a clarificar las posiciones políticas de uno u otro.Frente a todas estas cosas uno pregunta, ¿verdaderamente hay un sincero deseo de paz?
La paz es como una quimera, es un distractor, es algo que ponen de frente pero en el fondo es tal vez ciudadano unos intereses, respeto esos intereses y no los califico. Abogo por el bien común.
¿Qué llamado hace usted al Gobierno frente a esta crisis?
Un llamado con mucha humildad y respeto, pero permítanme también con mucha exigencia: miremos estas comunidades.