Más allá del escándalo de Álex Flórez, estos son los problemas del trabajo sexual en Colombia
Noticias RCN habló con Fidelia Suárez, quien representa al sindicato de trabajadoras sexuales de Colombia.
Nicolás Morales
12:50 p. m.
El escándalo ocurrido en Cartagena que involucró al senador Alex Flórez y a una trabajadora sexual, pone la lupa encima de este sector de la población, uno que afronta múltiples problemas en su diario vivir, y que tiene una realidad difícil para las mujeres que ejercen este trabajo.
Estas mujeres viven en una inseguridad constante. Fidelia Suárez, representante del Sindicato de Trabajadoras Sexuales en Colombia, habló con Noticiasrcn.com sobre los problemas que viven en el país en este gremio. Fue enfática en resaltar que hay una falta de derechos que logren la seguridad y las garantías de prestar servicios sexuales en condiciones dignas.
“Se habla, se trabaja día a día, se lucha, se tocan puertas, pero lastimosamente están quedando en letras. Entonces estamos haciendo una nueva actualización de todos estos procesos para sentarnos con la nueva ministra de Trabajo, con el presidente de la República. Luego nos sentaremos con la vicepresidenta y después con la esposa del presidente”, sostiene.
Problemas regionales
Como muchos problemas en Colombia, para las trabajadoras sexuales uno de ellos se debe a que las regiones están alejadas, y no se conoce a fondo su realidad. En el caso del trabajo sexual, este es un aspecto que también aplica. Fidelia Suárez remarca que en los municipios no hay un seguimiento o monitoreo desde lo local para dar soluciones a inconvenientes y necesidades a las problemáticas del día a día.
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“El problema es falta de garantías, la falta de protección a nuestros derechos. Primero que todo, como seres humanos que ejercemos un trabajo en el país, y es el trabajo sexual, uno de los más antiguos en el mundo, venimos en una lucha incansable, pero el que persevera alcanza”, sostiene.
Uno de los aspectos más preocupantes es la falta de voluntad política para lidiar con la problemática , y para que las leyes se apliquen como tiene que ser. “Siguen los terceros llenándose los bolsillos a cuestas de la población que está en condición de trabajo sexual. Empeoró la situación ahora en tiempos de pandemia, todo se convirtió más clandestino en donde se le da aquel y aquella que vive de otros intereses económicos e intereses personales. Hay una explotación clandestina mayor entre esas las personas que hacemos trabajo sexual”, puntualiza.
La búsqueda del apoyo gubernamental
Fidela Suárez remarca que con gobiernos anteriores, no han tenido apoyo, pero que hasta ahora comenzarán a dialogar con el del presidente Gustavo Petro para negociar
Sin embargo, su advertencia es para que estos diálogos sean con las propias personas que ejercen el trabajo sexual, “no desde los terceros ni del ente gubernamental que dice hablar por nosotras sin nosotras, y que se está beneficiando también sin nosotras saber siquiera cuáles son los conductos que los llevan a adquirir recursos".
“La supuesta política pública de actividades sexuales pagadas no fue construida con la población que ejerce el trabajo sexual. Fue construida por un hombre. Fue construida por una persona que sentía y vivía con la fobia constante de perjudicar a la población que ejerce trabajos sexuales. Entonces seguimos con esta lucha en pie ahora más firme y esperamos que el presidente Gustavo Petro se siente a dialogar y a negociar con nosotras, el Sindicato de Trabajadoras Sexuales de Colombia, que ya llevamos seis, siete años legalizadas en el país y reconocidas a nivel mundial como el primero y único sindicato”, sostuvo.
La fuerza pública
Suárez resalta que las trabajadoras sexuales tienen constantes inconvenientes con la fuerza pública. Indica que estos entes existen “supuestamente para proteger, con personas capacitadas en derechos humanos que de humano no tienen nada. Lo que vemos es más persecución y hostigamiento”.
“Aquí los derechos son humanos, pero se convirtieron en derechos económicos protagonistas de algunos y algunas que viven con camándula e indulgencia ajena”, sostiene.
Sobre los miembros de la fuerza pública, los critica, indicando que “jamás están presentes cuando tenemos problemas la población que ejerce trabajo sexual. Fidelia le hace un llamado al presidente Gustavo Petro para que las letras y las palabras se conviertan en acciones. “Seguimos dando la pelea, seguimos en la batalla y ya es hora de sentarnos con el señor Gustavo Petro, Presidente de la República, para dialogar y buscar soluciones, no pañitos de agua tibia. Llegó la hora del cambio, pues que se vea el cambio en realidad, que a las letras se les comience a dar vida".
Sobrecostos de exámenes médicos
Indica que estas personas buscan “llenarse más los bolsillos” con otros exámenes como el de frotis de garganta y hepatitis.
“Se volvió el negocio redondo en donde llegamos a ciudades donde son impuestos exámenes de ahí mismo de ese pueblo, donde los negocios no cumplen con las condiciones dignas para prestar los servicios sexuales. Segundo, la negociación que hay desde el dueño del establecimiento con el dueño del centro médico particular y cuando les preguntamos a los secretarios o secretarias de salud de esos municipios supuestamente ellos no tienen conocimiento de estos procesos y nos contestan que no les incumben, que eso es el centro médico particular con el dueño del establecimiento”.
Pide que se haga el análisis a la corrupción que existe hacia esta población.
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“Cada día nos vemos más desamparadas, con menos derechos y con miles de malas condiciones donde se prestan los servicios sexuales. Somos personas, somos seres humanos que merecemos respeto y merecemos condiciones dignas sin que el otro o la otra se nos lleve las ganancias”, puntualizó
La petición por la dignidad
Estas mujeres que ejercen el trabajo sexual, erróneamente denominado como prostitución, como lo señala Fidelia Suárez, son estigmatizadas, y se les acortan las posibilidades de tener un empleo diferente debido a su actual profesión.
“Nosotras podemos decidir dónde trabajar, y con quién trabajar. Con condiciones dignas buscando una mayor protección, obteniendo los derechos del otro trabajador que nos han sido negado a nuestra población; como una seguridad social, y unos servicios bien prestados en una buena atención cuando nos reconocemos como personas que ejercemos trabajo sexual”, señala.
Critica a las entidades donde, por ejemplo, se les niegan créditos por ser trabajadoras sexuales. “El ejercer esto no nos hace diferente a los demás, nadie y es un trabajo que ofrece ganancias económicas hasta mucho más que ganarse un mínimo hoy en día en el país”.
“Queremos nuestros derechos laborales, como tienen que ser. No seguir siendo sometidas al régimen que manipulan y construyen ciertos y ciertas dueños de establecimientos”, finaliza.