¿Gravar más la ganancia ocasional?
El borrador del proyecto de reforma tributaria que se conoció la semana pasada, en el que se subiría el impuesto a la ganancia ocasional de un 15% a un 20%, es altamente inconveniente.
06:12 p. m.
La Encuesta Nacional de Calidad de Vida es una medición que todos los años publica el Dane con el fin de exponer cuáles son las condiciones socioeconómicas de los hogares colombianos. Este insumo, que es muy útil a la hora de diseñar políticas públicas, permite entender, por ejemplo, cuántos hogares viven en arriendo y cuántos son propietarios, y cuántos de los que son propietarios ya pagaron la totalidad de su inmueble y cuántos siguen pagando las cuotas de su crédito hipotecario.
Hace unos meses, precisamente, se conocieron los resultados de dicha encuesta a corte de 2023. Dentro de estos, vale destacar que, de un total de 18 millones de hogares en el país, 7,1 millones (39,5%) residen en una vivienda propia y 7,2 millones (40,3%) en una que está en arriendo. Si se multiplica el número de hogares en arriendo por el promedio nacional de personas por hogar: 2,9 individuos, estaríamos hablando de una masa de casi 21 millones de ciudadanos que viven bajo esta modalidad.
Así mismo, del total de unidades familiares que son propietarias, llama la atención que la gran mayoría, 6,3 millones, ya pagaron la totalidad de su propiedad vs. más de 700.000 que todavía están pagando la financiación de esta.
Todos estos datos, sumados a los de los años anteriores, evidencian que vivir en arriendo en Colombia es una tendencia creciente, mientras que ser propietario cada vez lo es menos. En 2019, el año previo a la pandemia, 46,2% de los hogares vivían en casa propia: casi la mitad; 4 años después, el registro cayó en cerca de un 7%. En contraste, durante ese mismo periodo, la modalidad de arriendo pasó de un 35,7% a un 40,3%, lo que supone que 1,5 millones de familias entraron a vivir así.
¿Qué puede estar motivando el hecho de que cada vez haya menos personas siendo propietarias de sus viviendas? Muchos factores, sin duda: la preferencia de las nuevas generaciones por vivir el presente, por querer viajar y priorizar el ‘aquí y el ahora’; la realidad de que en el país no se estén teniendo los mismos hijos que antes, y el efecto inflacionario que provocó la pandemia y que ha encarecido el crédito, por mencionar algunos.
Sin embargo, creo que el hecho de que por vender una vivienda, un patrimonio que en la mayoría de los casos se construye a puro pulso y dedicación, y que toma varios años para pagarse, se tenga que pagar un impuesto por concepto de ganancia ocasional incide en esta caída. ¿Qué de ocasional tiene un bien que se pagó de manera constante por 10, 15 o 20 años, que es lo que dura en saldarse una hipoteca?, ¿no es contraproducente para el crecimiento económico poner a tributar a las personas por un activo que, en muchos casos, es el único vehículo de ahorro de una familia?
En ese sentido, el borrador del proyecto de reforma tributaria que se conoció la semana pasada, en el que se subiría el impuesto a la ganancia ocasional de un 15% a un 20%, es altamente inconveniente. No tiene presentación decirle a la ciudadanía que el gobierno, ese mismo que en un solo día es capaz de gastarse $29.436.954 a punta de snacks y bebidas en la sala VIP del Aeropuerto El Dorado -como ocurrió el pasado 25 de febrero, de acuerdo con una reciente denuncia del concejal, Daniel Briceño-, va a quedarse con la quinta parte de la eventual utilidad que se tenga al momento de vender una casa.
Prácticamente que el ejercicio de evaluar diferentes zonas, estudiar las probabilidad de valorización de un sector, comparar varios proyectos, escoger un inmueble con una buena vista e, incluso, remodelar con materiales de primera calidad, se estaría haciendo en función de pagarle al gobierno su impuesto por ganancia ocasional.
Ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ¿es eso conveniente de cara al proceso de reactivación que necesita desde hace meses el sector constructor en Colombia?, ¿es eso estratégico para los cientos de encadenamientos productivos y los cientos de miles de empleos que hay alrededor de la vivienda? Y sobre todo, ¿es eso realmente justo con los que pagaron y pagan cuotas hipotecarias por años para hacerse con un casa?