¿Qué significa para los colombianos que EPS Sura no pueda retirarse del sistema de salud?
La Superintendencia de Salud niega la salida voluntaria de EPS Sura, encendiendo el debate sobre la sostenibilidad del sistema de salud.
La Superintendencia Nacional de Salud rechazó la solicitud de retiro voluntario presentada por EPS Sura, una de las principales entidades del sistema de salud en Colombia.
Este anuncio, que busca garantizar la continuidad en la prestación de servicios a más de cinco millones de usuarios, reavivó las discusiones sobre las debilidades estructurales del modelo de aseguramiento en el país.
La entidad argumentó que una salida de Sura generaría un impacto significativo en el sistema, sobre todo porque la Nueva EPS, principal receptora de usuarios de entidades en crisis, no cuenta con la capacidad suficiente para absorber este volumen de afiliados.
Ante esta negativa, Sura deberá mantener sus operaciones mientras se establecen mesas técnicas entre la EPS, la Supersalud y otros actores del sector para buscar soluciones conjuntas.
¿Qué está pasando con la EPS Sura?
La situación de EPS Sura no es aislada, sino un reflejo de un problema estructural que viene gestándose desde hace décadas.
Según lo dicho por analistas en La Mesa Ancha de Noticias RCN, la crisis radica en un modelo de financiamiento insostenible y en la falta de ajustes adecuados al sistema de salud.
El analista consultor Rafael Rodríguez destacó que, aunque las EPS como Sura han mostrado esfuerzos importantes en expansión y atención, las condiciones actuales del sistema no permiten que su modelo operativo sea viable.
EPS Sura ha trabajado por crecer y llegar a rincones del país donde muchas veces el sistema público no lo hace. Sin embargo, operar con ingresos limitados y costos crecientes lleva a este tipo de decisiones empresariales. El sector necesita una transformación profunda y concertada entre todos los actores.
Por su parte, Juana Afanador, experta en temas sociales, recordó que las EPS no solo enfrentan restricciones financieras, sino también una visión polarizada sobre su papel.
Las EPS son empresas que buscan generar ganancias, pero operan en un sector donde el derecho a la salud debe ser prioridad. Esa dualidad ha generado un sistema inestable, donde ni el gobierno ni las empresas logran cumplir totalmente sus roles.
¿Qué significa para los colombianos que EPS Sura no pueda retirarse del sistema de salud?
La incertidumbre sobre el futuro de EPS Sura tiene como principales afectados a los usuarios. Con más del 51 % de sus afiliados pertenecientes a estratos 1 y 2, la EPS juega un papel esencial en garantizar el acceso a la salud de la población más vulnerable.
Sin embargo, problemas como retrasos en la asignación de citas, dificultades para obtener medicamentos y demoras en la atención ya son una realidad palpable para muchos.
Estamos viendo cómo se fragiliza nuestro derecho a la salud. Las citas con especialistas son cada vez más difíciles, los medicamentos no llegan a tiempo y los usuarios terminan en un limbo donde ni las EPS ni el gobierno logran brindar una solución efectiva.
Además, el rechazo al retiro voluntario de Sura refleja la incapacidad del sistema público para asumir una transición de esta magnitud.
La Nueva EPS no tiene capacidad para absorber a más de cinco millones de personas. Esto no es una cuestión solo de recursos financieros, sino también de infraestructura y personal.
Otro de los puntos centrales de esta crisis es el reconocimiento, por parte del gobierno, de que la situación va más allá de las EPS individuales. Según Julio Iglesias, esta negativa al retiro de Sura evidencia un cambio en la narrativa oficial.
Por mucho tiempo, el gobierno culpó a las EPS de ser entidades avaras y corruptas. Sin embargo, esta decisión muestra que el problema no es solo de gestión interna, sino de un sistema desfinanciado. La UPC no cubre los costos reales de la atención, y los presupuestos máximos impuestos por el gobierno han puesto a las EPS en una posición insostenible.
El caso de Audifarma, el mayor distribuidor de medicamentos en el país, también fue destacado en el debate.
Esta entidad, recientemente intervenida por Supersociedades, enfrenta problemas financieros derivados del mismo modelo de desfinanciamiento.
Estamos ante una crisis sistémica, inducida en parte por decisiones políticas y un modelo que no se adapta a las necesidades actuales.
¿Qué significa esto para el futuro del sistema?
El rechazo al retiro de EPS Sura plantea preguntas urgentes sobre el futuro del sistema de salud colombiano. Según Rodríguez, el desafío no es solo mantener a flote a las EPS existentes, sino crear un modelo que garantice tanto la sostenibilidad financiera como el derecho a la salud.
Es necesario un diálogo honesto entre las EPS, el gobierno y los ciudadanos. No podemos seguir en un sistema donde las EPS operan al borde del colapso y los usuarios sufren las consecuencias. Si no logramos una solución concertada, el sistema entero podría colapsar.
Juana Afanador añadió que esta crisis también refleja la falta de planificación para una transición hacia un modelo más inclusivo.
La Supersalud reconoce que no puede dejar caer a Sura porque el sistema público no tiene cómo absorber a los usuarios. Eso demuestra que necesitamos coexistir con las EPS mientras se trabaja en una solución a largo plazo.
Finalmente, Iglesias calificó la situación como una tragedia para el país.
EPS como Sura, Sanitas y Compensar no son perfectas, pero han sido pilares del sistema de salud. Ver cómo estas entidades enfrentan una crisis de esta magnitud es alarmante. Si el gobierno no toma medidas urgentes para resolver el problema financiero de fondo, corremos el riesgo de perder lo que hemos construido en las últimas tres décadas.
Mientras tanto, los usuarios siguen a la espera de respuestas claras. Las mesas técnicas anunciadas por la Supersalud serán cruciales para determinar el rumbo de esta crisis, pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿quién garantiza el derecho a la salud en medio de este panorama?