Así era el modus operandi del asesino serial de jóvenes LGBTIQ+ en Bogotá: esta fue su condena
José Leonardo Quevedo Turizo fue condenado por el asesinato de un médico panameño, y al menos tres jóvenes más de la comunidad LGBTIQ+.
Noticias RCN
09:16 p. m.
José Leonardo Quevedo Turizo, un hombre cuyo nombre ha quedado marcado por una serie de crímenes atroces en Bogotá, fue sentenciado hoy a 39 años de cárcel.
El asesino, conocido por su método macabro de atrapar a sus víctimas, fue hallado culpable del asesinato del médico panameño José Luis Santa María, entre otros homicidios relacionados con jóvenes de la comunidad LGBTIQ+.
Esta es la condena que pagará el asesino serial de jóvenes LGBTIQ+ en Bogotá
Este lunes 7 de abril, José Leonardo Quevedo Turizo, un hombre que había estado bajo sospecha por varios crímenes brutales en Bogotá, fue condenado a 39 años de prisión por el asesinato del médico panameño José Luis Santa María y de al menos tres jóvenes de la comunidad LGBTIQ+ en Bogotá.
La sentencia fue emitida por la jueza encargada del caso, quien resaltó la naturaleza particularmente cruel y premeditada de los crímenes cometidos por Quevedo.
Su decisión fue el resultado de un juicio que expuso el perfil escalofriante de un asesino serial que se ocultó detrás de una fachada de normalidad.
Así se desarrolló la audiencia del asesino serial José Leonardo Quevedo
Durante la audiencia, el acusado mostró una actitud desafiante. A pesar de la gravedad de los cargos, Quevedo se mostró evasivo y cuestionó la presencia de algunos participantes en la sala, como se pudo escuchar en la conversación con la jueza:
- Jueza: "Señor José Leonardo, por favor, se retira. Muchísimas gracias."
- Quevedo: "Señoría, es que está en la audiencia también."
- Jueza: "Sí, pero no con usted."
Este intercambio no hizo más que acentuar la sensación de que Quevedo se había mostrado indiferente ante el sufrimiento que él mismo había causado.
Así era el modus operandi del asesino serial de jóvenes LGBTIQ+ en Bogotá
El caso de José Luis Santa María, un médico panameño cuya muerte fue particularmente impactante, fue el primer indicio de un patrón aterrador.
Según las investigaciones, Quevedo utilizaba redes sociales para contactar a jóvenes de la comunidad LGBTIQ+.
Su modus operandi era sistemático: una vez que lograba enganchar a sus víctimas, las drogaba, las asfixiaba y, tras su muerte, les robaba sus pertenencias.
A través de este patrón, se convirtió en uno de los asesinos más peligrosos de la ciudad, y los crímenes quedaron ocultos por un tiempo hasta que las investigaciones conectaron las muertes.
El caso de Santa María fue particularmente diferente, ya que, tras una serie de contactos virtuales y encuentros aparentemente inofensivos, el médico panameño fue encontrado muerto en su vivienda.
Las señales de asfixia y la falta de signos de lucha iniciales llevaron a los investigadores a examinar más a fondo el círculo de personas con las que Santa María había tenido contacto en los días previos a su muerte, lo que permitió vincular a Quevedo con el asesinato.
Con esta revelación, la policía amplió su investigación, y pronto descubrió que estaba vinculado a una serie de homicidios similares, todos relacionados con jóvenes de la comunidad LGBTIQ+.